SECCION ESPECTACULOS PAGINA 39 BALAZO: SVEN VATH CABEZA: El mago teuton del sonido CREDITO: OSCAR SARQUIZ F. Una noche en la algida montana, entre los primeros aun gelidos aires de esta primavera y una horda de esclavos del ritmo convergentes sobre la mistica cordillera Tepozteca para ofrendarse en cuerpo y alma al purificante ritual bacanal hoy rescatado y tecnificado por el proliferante rave: uno tras otro desfilan los disc jockeys locales e importados, negando con decibeles como el mosso perpetuo de su publico el habitual recogimiento nocturno de esta prodiga comarca morelense; tras la casi ind istinguible actuacion viva de los autoctonos musitecnocratas L.L.T. (Los Legendarios Tlaconetes), surge anticlimatico un compas de espera. Tras el desgaste de mas de seis horas de baile y alucinante deambulancia en el valle que nos malcobija del frio, hubiese sido acaso imposible para otro mero mortal recuperar y reinfundir a la terpsicorea grey el dispendio de energia con que viene ostentando su arrogante juventud. No asi para el tornamesero estelar, Sven Vth, quien lleva ejerciendo y puliendo su magia ri tmica mas de una docena de anos; sin esfuerzo aparente, emite y moldea sus ritmos y oasis sonoros con ducha ductilidad alfarera; atrae, seduce, domina, fustiga, ayunta, exprime, embelesa y extasia climaticamente durante aun 8 horas! a sus mas resilientes concelebrantes de linea dura (porque carcamales como quien escribe y Mark Kamins, D.J. fundador del legendario Danceteria neoyorquino, promotor/descubridor de Madonna, nos rajamos ante el creciente "draculazo" solar y huimos agotados antes que decida solta rlos el amo del polvoso reventon). Es apenas otra magica noche para el ineluctable y cuasimutante mago teuton del ritmo, quien solo se muestra asombrado cuando la emergencia del astro rey le descubre la maravilla natural que alberga al rave que preside. Sven ha hecho lo mismo poseer gratamente oidos, extremidades, imaginaciones y almas multitudinarias en localidades tan diversas como el Kremlin y las piramides de Egipto. Guardando la misma distancia y relacion ancestral con los tradicionales D.J.s dicote queros que, digamos, Ministry con los Blue Caps de Gene Vincent, Vth (rima con beis) es el mas prominente entre una nueva generacion de artifices de las tornamesas que han elevado en el relativamente breve espacio de una decada la artesania de Kamins y contemporaneos al rango de arte creativa. Sven facha de genuino mago mutante con una mirada penetrante puesta en el futuro postcyber habita los luminosos antipodas de los politicos, aunque su juego es el mismo: poder sobre las masas. Al contrario de aquellos, sin embargo, su pretension es guiar a sus subditos como tales actuan hacia el interior y poner en juego sus emociones para hacer volar su espiritu. ¨Pretencioso? Acaso, pero no puede juzgarsele de fuera; es imprescindible experimentarlo para saber. Dado que transcurrio ya su primera fugaz visita por estas latitudes (ojala no sea la ultima), la opcion viable es prestar oreja a su irresistible segundo album primero editado aqui The Robot, The Harlequin and The Ballet Dancer, verdadero viaje sonoro por espacios interneuronales que solo superficialmente se parece al cansino torrente de tecno e industrial homologados que nos han mantenido a tantos a respetable distancia de sus monotonas latitudes. Como las largas sesiones de 7 u 8 horas de imagina tivo remezclaje de discos especializados pra D.J.s que realiza para su propia y esoterica etiqueta Harthouse, los nueve movimientos de esta suite de periplos cerebrales dan una idea de lo que pudo haber pasado si pioneros progresivos como Pink Floyd y Soft Machine hubiesen continuado indefinidamente la direccion de donde partieron, como grupos musicalizadores de dancisticos reventones sicodelicos. Lejos de la robotica monotonia secuenciada de tantos y tantos exponentes de la serie "Mi sintetizador y yo" (< PI>Lydecker dixit), Vth permite a sus ritmos y timbre evolucionar con la gracia organica de organismos vivos, y evade tambien el facil expediente de la violencia tecnocratica, cuya funcion de protesta ha dejado de ser contestataria y se antoja hoy, a fuerza de autoparodia, meramente complice de la deshumanizacion. Amancebando sin inhibiciones el esoterismo latente, la redentora promesa incumplida de la tecnologia y el sentido estetico mediante pases magicos sobre su equipo electronico, al rit mo de las ondas sinusoidales electroencefalograficas y la vocacion estetica canalizada en libre expresion corporal, Sven hace buena la promesa insolita de su titulo cohabitado por un bufon, un artefacto y una bailarina. Transitando desde primigenias nebulosas sonoras hasta espacios ritmicos donde bailan bella y bestia y meditan los payasos, asistiendo partos roboticos y celebrando al amor sin palabras, Sven Vth apunta hacia uno de los futuros posibles de la musica popular a la vez que deja atras, potente y resuelto, la amarga desazon y el futil nihilismo de nuestro fin de siglo rockero. Es la suya una esperanzadora odisea milenaria que se desarrolla en el espacio interior. .