SECCION INF. GRAL. PAG. 11
BALAZO: CONVERSACIONES VIA TELEFONICA
CABEZA: TEME ABURTO POR SUS FAMILIARES EN LOS ANGELES
CREDITO: DE LA CORRESPONSALIA

LOS ANGELES, 17 de abril.En conversaciones telefonicas desde la prision de alta seguridad de Almoloya, Mario Aburto Martinez, asesino confeso del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, advierte sobre posibles represalias a sus familiares que radican en Los Angeles, California.
 En tres distintas cintas de conversaciones telefonicas dadas a conocer por su familia a la prensa de Los Angeles, el reo sentenciado a 45 anos de prision insiste tambien en que su caso sea llevado a tribunales internacionales y acusa a su padre de haber identificado a Tranquilino Sanchez como testigo clave del crimen en Lomas Taurinas el 23 de marzo de 1994.
 "No me han hecho nada despues de las torturas, pero tengo miedo a represalias. No se cuanto tiempo me tenga con vida el gobierno, pero lo unico que les pido es que aclaren la situacion porque esto es un infierno", dice Mario a su hermano Rafael en una de las llamadas telefonicas a las que tiene derecho cada semana.
 Por ello pide a sus familiares que acudan a organismos internacionales como la ONU, y al FBI o a la CIA, a fin de que su caso sea estudiado en Estados Unidos.
 En contradiccion con testimonios anteriores en los que Mario Aburto decia conocer a todos los detenidos del complot, en las cintas se exculpa de magnicidio e incluso acusa a su padre de haber identificado a Tranquilino Sanchez, quien fuera liberado despues de mas de un ano de prision. 
 En una de las cintas, se dirige a su padre: "Tenga cuidado con lo que dice ante la prensa porque desgraciadamente cometio un error al haber dicho que conocia a uno de esos senores que estan presos igual que yo. Eso es una mentira porque usted sabe que nunca he pertenecido a grupos armados y que nunca he visto a ese anciano que usted ha dicho; nunca en mi vida los he visto".
 Asimismo, en repetidas ocasiones solicita a sus hermanos que  mejor no hagan comentarios que puedan perjudicarlo y no ayudarlo.
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