SECCION CIUDAD PAG. 18 BALAZO: A¥ORANZAS Y REMEMBRANZAS CABEZA: Tristeza y alegria CREDITO: ANDRES HENESTROSA Alegre, a la vez que triste, este entretenimiento de revisar papeles viejos, leer textos, de tiempos lejanos; romper apuntes que ya nada nos dicen del tiempo en que fueron escritos; dudar si un texto -poemas, ensayo, larva de articulo, arranque de novela- es obra propia o ajena: por su belleza o porque ya no respondan ni correspondan al actual estado de nuestra mente y corazon. Y eso, a registrar, a hojear -con o y con h- libros, revistas, periodicos, suplementos literarios de antano, estoy dedicado ahora, como lo tengo dicho: alegre y triste. Asi, el domingo pasado lo hice con una revista -Nuevo Mundo. 1940-1941-, en que escribi una veintena de articulos de los que casi, casi, tenia olvidados. Uno, a solo uno quiero referirme, inspirado en Cristobal Colon, que de haberlo tenido presente, habria publicado en ocasion del Quinto Centenario del Descubrimiento, o, como ahora se convino mas adecuado decirlo: el Encuentro de dos Mundos. Si fuera necesario recordar alguno otro de los trabajos publicados en Nuevo Mundo, este seria Las Efemerides zapatis tas, que ahi publique, y en el que abundan comentarios y reflexiones acerca de Emiliano Zapata, que muy bien cuadran a una situacion presente: el retorno al martir de Chinameca. En un cuaderno de apuntes del ano 36, encuentro un poema, anonimo; pero que tengo antojos de atribuir a algun poeta puertorriqueno, por haberlo oido a un estudiante de Puerto Rico -¨Carlos Oms? ¨Andres Salazar?-, companeros mios de aula y hospedaje en Nueva Orleans. El poema, el madrigal, reviste delicada hermosura. Lo transcribo de su original manuscrito. Si Dios un dia, cegara toda fuente de luz, el universo se alumbraria con esos ojos que tienes tu. Pero si lleno de agrios enojos por tal blasfemia, tus lindos ojos Dios te arrancase, para que el mundo con la alborada de tus pupilas no se alumbrase: tender la noche sobre la nada... porque aun el mundo se alumbraria con el recuerdo de tu mirada! Nueva Orleans, miercoles 28 de diciembre de 1936. Lo memorice y transcribi con solo oirlo una vez, condiciones que eran mias en aquellos tiempos, esto es, aprender de memoria, con tal de que no fueran muy largos textos, sobre todo si eran en verso. Otra circunstancia quiero agregar al madrigal dicho: le puse musica y lo cante a una amiga de aquel tiempo: Zoila Ensenal, cubana-catalana, poetisa y escritora, y traductora de autores mexicanos; y de quien no he vuelto a saber, pero que espero viva. Quede para otro dia comentar lo que este espulgo de papeles viejos me depare. .