SECCION: INTERNACIONAL PAGINA: 28 BALAZO: MEMORIA A DOS VOCES CABEZA: Mitterrand reconoce que se ha pasado la vida buscando a Dios CREDITO: ENRIC GONZALEZ, REUTER / EL PAIS PARIS, 11 de abril.-Francois Mitterrand ha repetido muchas veces que no escribira un libro de memorias. Pero en el tramo final de su mandato, aquejado de un cancer de prostata que proyecta una gran interrogante sobre su futuro, Mitterrand ha hablado prolijamente de sus recuerdos y de su vida. La ultima "confesion", la mas intima hasta el momento, queda recogida en un libro que se publico hoy en Francia. Memoria a dos voces, una conversacion con el escritor judio Elie Wiesel, gira en torno a Dios, la fe y la moral. Mitterrand, que se define como agnostico, reconoce, en realidad, que se ha pasado la vida buscando a Dios, se proclama "espiritualista", dice que reza con frecuencia y habla de su interes por la mistica. Elie Wiesel, escritor nacido en Rumania en 1928 y ciudadano estadounidense desde 1963, premiado con el Nobel de la Paz en 1986 y amigo personal de Mitterrand, ha sido el receptor de las confidencias del viejo presidente. La conversacion entre ambos se articula en seis pasajes (Infancia, Fe, Guerras, Escritura, Poder y Momentos), de los que el segundo es con mucho el mas amplio y revelador. De su infancia, que define como "muy feliz", Mitterrand recuerda sobre todo la fe catolica, la lectura y la muerte. El fallecimiento de un companero de juegos y el de su abuela, que le conmociono especialmente, le vincularon para siempre a los muertos: "Me dije que hacia falta, en vida, ser fiel a los muertos. A menudo me juraba que no pasaria un dia sin que los recordara. Y he cumplido, mas o menos, el juramento. Cada noche consagro un rato a la reflexion. No olvido a nadie que me haya rodeado, que me haya acompanado, incluidos aquellos a quienes no me unian lazos afectivos fuertes. Siempre he tenido la sensacion de ser la tumba de los recuerdos. Pensar en los muertos es asegurar la supervivencia de aquellos a quienes se ha amado, con la esperanza de que otros lo hagan por uno. Es un deber de memoria". Un agnostico que siente la necesidad de rezar Mitterrand se define como "agnostico". "No se si se, no se si no se: eso no puede llamarse fe", dice. "Pero usted dijo un dia", le recuerda Wiesel, "evocando su infancia: El tiempo y las cosas hablaban de Dios como una evidencia". "Es cierto", responde. "He experimentado esa clase de certeza. Si se trata de la idea de un principio, por no hablar de un Dios, que ordena las cosas, yo diria, en mi agnosticismo, que si me inclino de un lado, es siempre de ese. Sin embargo, no soy practicante y desconfio de los dogmas". El presidente frances senala que perdio la fe durante la guerra y el cautiverio, pero no su interes por la mistica. Sigue leyendo sobre Santa Teresa de Avila, San Francisco de Asis, San Juan de la Cruz "e incluso la pequena Teresa, Santa Teresa de Jesus (como llaman los franceses a Santa Teresa de Lisieux)", y afirma que la ciencia puede explicar el como del mundo, pero no el por que. "Siente a veces la necesidad de rezar?", le pregunta Wiesel. "Me ocurre a veces", responde Mitterrand, "pero a mi manera . No me dirijo a nada en particular. Creo que se tiene la necesidad de rezar, es decir, de buscar una comunicacion con el pensamiento". "Cuando fue la ultima vez?", inquiere el escritor. "No sabria decirle", responde el presidente. "Todo depende del sentido que se de a la oracion. Si se trata de dirigir el pensamiento hacia una fuerza superior y, en el fondo, desconocida, eso me ocurre con frecuencia. Quiza no sea muy razonable, pero mi educacion me lleva a ello". Y anade: "Si se trata de recitar palabras m emorizadas para implorar una intervencion divina, comunicar con un mundo trascendente, entonces si, a veces rezo, repito esas palabras, por costumbre, por educacion, a veces incluso por necesidad. Pero no rezo como hombre de fe, con el sentimiento de comunicar, de ser escuchado". "La belleza del Sermon de la montana Cuando su interlocutor vuelve a preguntarle por su fe, parece incomodo: "No hable de mi fe. Me hago preguntas como muchisima gente y, se lo repito, tengo una cierta tendencia espiritualista". Respecto al Antiguo Testamento, Mitterrand expresa su desagrado por el profeta Jeremias, "un lloron, un caradura, un poco colaboracionista (con los asirios), ambicioso", y su aprecio por Saul y, sobre todo, por Moises, "un gran hombre". Tras largas disquisiciones sobre el sentido de los textos biblicos, su relacion con la historia judia y sus anadidos posteriores, habla de Jesucristo: "He leido todo lo que se podia leer sobre el: historicamente, creo en la existencia de Cristo. Y creo que un hombre puede asumir ese papel. Esta dentro de sus posibilidades. Santo o heroe, existen bastantes hombres inspirados como para aceptar morir por la salvacion de otros hombres". Y agrega, sobre el Sermon de la Montana, el de las bienaventuranzas: "Es un o de los mas bellos textos que conozco. Piense que Jesucristo pronuncio esas palabras hace unos 2 mil anos y que, en el fondo, nada ha cambiado!" .