PAG. 2 SECCION: INF. GRAL. CABEZA: FAMILIA Y DEMOCRACIA CREDITO: GILBERTO GUEVARA NIEBLA* La escuela solemos decir es la encargada de integrar a las nuevas generaciones a la convivencia social y formar en los jovenes la conciencia democratica. Con esta grave responsabilidad encima, los maestros se afanan dia con dia en sus clases de civismo, en historia, en los actos civicos y en cualquier oportunidad que tienen por crear en sus alumnos los fundamentos para una ciudadania madura. Algunas investigaciones, sin embargo, parecen perfilar con claridad la idea de que, para estos fines, la escuela actua demasiado tarde. A los seis anos, cuando el nino arriba a la escuela formal, tiene ya estructuradas actitudes, habilidades y formas de comportamiento que resultan de importancia decisiva para su desempeno social ulterior. En educacion politica, nos dicen autores como Karl Llewelyn, la familia antecede y supera a la ecuela. La familia es un ambito central en nuestro mundo sentimental, no obstante, vista desde fuera, aparece como una institucion subordinada. En epocas anteriores, ella era el corazon de la sociedad, ahora es una institucion dependiente, blanco principal del impacto de la cultura ambiental sobre la persona: en ella se forma el productor, el consumidor, el creyente, el teleadicto, el ciudadano, etc. Continua, etc. Continua, sin embargo viva. Ajena al Estado, la familia posee una organizacion dotada de aspectos legales, gubernamentales y politicos donde se aprenden las lecciones basicas de la convivencia, aunque esa ensenanza no se haga explicita. Nadie, hasta ahora, ha estudiado satisfactoriamente los contenidos politicos de la vida familiar. En ciertas sociedades de corte tradicional el Mexico rural, por ejemplo la familia actua como una unidad politica y realiza una educacion politica en sentido amplio y explicito. Es el caso de familias pertenecientes a comunidades de vieja filiacion hacia un partido determinado. La eficacia clientelista del PRI ha reposado, no pocas veces, en este singular fenomeno. Cuando se enfoca el tema de la educacion politica desde el punto de vista individual, generalmente se descalifica a la familia como ambito educativo. Se piensa, siguiendo el esquema clasico, que la familia forma a la persona y que la escuela forma al ciudadano. Se olvida, empero, que en el seno de la familia los hombres aprenden que la vida humana se desenvuelve en comunidad (aunque la nocion de esa comunidad se reduzca inicialmente a la propia familia), que existe un orden en esa comunidad construido sobre la voluntad de cada uno de sus miembros, que ese orden se apoya en una autoridad, que las acciones del hombre deben ser honestas, que debe existir un compromiso razonable entre los intereses y deseos en conflicto a fin de conservar la integridad familiar, que existe la posibilidad de hacerse escuchar por un juez (o un tribunal), que existe un mecanismo de participacion mediante opinion o voto cuando se presenta una situacion de cambio. Se aprende, igualmente, a guardar fidelidad a la palabra empenada y a e sforzarse, segun las circunstancias, para conservar la unidad de la comunidad. Dadas estas premisas, los patrones de crianza aplicados por los padres en el seno de la familia adquieren tanta o mayor fuerza que la educacion formal que imparte el maestro. El proceso se inicia desde el nacimiento mismo; continua con la actitud, mas o menos aprensiva de los progenitores hacia el bebe mientras este desarrolla sus primeras facultades motrices; adquiere mayor importancia entre los dos y los seis anos de edad cuando el nino entra a la escuela. En esos anos se forma gradualmente lo que Kholber g llama el nivel moral convencional, es decir, la conformidad y el apoyo del nino a las convenciones familiares. La educacion familiar no es, desde luego, una instruccion consciente sino algo que se aprende en la practica, sobre la accion misma. Promesas (contratos) hechas por el padre ("prometiste llevarme al cine"); tratamiento desigual a los hijos ("por que a mi hermano si y a mi no"); restricciones injustas ("¨Por que no me escuchas?"); faltas de cortesia ("¨por que no saludas?"); cumplimiento o incumplimiento de reglas ("es hora de dormir, apaga la television"); pertinencia de ceder ante una situacion de empate c onflictivo ("esta bien, te doy el juguete porque eres mi hermano"); el respeto por la verdad ("ninos, hay que decir siempre la verdad; no debemos decir mentiras"); todas estas son situaciones educativas que se multiplican a lo largo de la vida familiar. Sin embargo, la educacion familiar puede fracasar en algo fundamental al no lograr crear en el nino la vision del todo social y fundar en el el sentimiento de una unidad mas amplia (la de la nacion; la de la humanidad). La buena ciudadania reclama, pues, una educacion adicional, explicita y consciente. Una familia fracasada, mal estructurada, puede ser fuente de un serio peligro: el del prejuicio de grupo. Una vez mas, no bastan las buenas intenciones familiares para formar ciudadanos libres y criticos; se necesita, ademas, la intervencion de la escuela si se quiere crear una verdadera democracia. * Profesor e investigador en educacion. .