PAG. 8 SECCION: INF. GRAL. CINTILLO: A¥ORANZAS Y REMEMBRANZAS CABEZA: DOMINGO DE RAMOS EN JUCHITAN CREDITO: ANDRES HENESTROSA Pocas epocas tan alegres como la de Semana Santa en Juchitan. O, dicho de otra manera, pocas fiestas como la Semana Mayor conjugan tan armoniosamente las dos religiones: la india y la espanola; el paganismo, la gentilidad, con la fe cristiana, catolica. Naabana, quiere decir tristeza en zapoteca, y asi llamaron a la Cuaresma. Pese a todo, los dias cuaresmales son de fiesta, ocasion de esparcimiento. Todo el mundo, desde las primeras horas del dia, concurren y se instalan en los panteones: cargados de flores en xicalpestles floreados; llevan cirios cenidos con un mono de luto; sahumerio, copal, que ellos llaman guxubido: humo de los santos, incienso. Lloran, rezan, imploran en voz alta, en su lengua nativa y en ocasiones en un espanol de su invencion. Se desmayan las mujeres, lo que no quita que a su lado una banda de musica, un conjunto, toquen y canten canciones religiosas y profanas a la par. Asi, to do el dia, quemando cohetes, riendo, charlando, comentando la vida que pasa, rememorando y anorando las cosas del pasado, a sus muertos, este dia a su lado, como cuando vivos. Por la noche se consumen senaladamente tamales de carne de res, de gallina, de frijol, de elote, de semillas de calabaza, o de coyol, o de maiz picado, con gorgojos; pero senaladamente de iguana, su antiquisimo totem, lo que no quita que se lo engullan, como en un acto de autofagia. No faltan los antojos ni los dulces de toda clase, q ue solo son, deleitan y alimentan si se comparten. Asi es como en cada sepulcro hay invitados. Al mediar la noche, se vuelve al pueblo, para continuar la fiesta al dia siguiente hasta que termina la Cuaresma, el Naabana, como ellos la nombran. Las fiestas istmenas o istmeanas un gentilicio que placia al istmeno adoptivo, Esteban Maqueo Castellanos. "Alla en las feraces tierras istmeanas, donde crece el reseda en arbusto... no han perdido su esplendor, lo conservan y ojala que por mucho tiempo mas, como aquellos a los que asisti de nino, el cantaro de agua al hombro, la coa en la mano para desyerbar el sepulcro. Rezos, lamentos, plegarias que entonces oi, los recuerdo ahora, y ponen en mi, junto a la gota de lagrimas, la nota musical que tanto m onta. Pero junto a lo alegre, lo triste, que la vida es asi. El Domingo de Ramos del ano 88, murio mi hermano Honorato Hono, Don Honor, le decian. El lunes santo, a la ultima luz de la tarde, pero ya todo noche, le dimos tierra. Lo tenia un poco olvidado, la fecha, digo; ahora, al volver a mi memoria, pone sobre mi pecho un crespon. Pero no olvidarlo: solo se reparte alegria; el dolor no se comparte. Por eso, pongo aqui punto final. .