SECCION CULTURA PAGINA 40 CABEZA:Reyes y Ortega, rosas y espinas CREDITOA:Eduardo Lizalde En la furibunda carta inedita de Alfonso Reyes al novelista argentino Eduardo Mallea (probablemente escrita en 1933), a la que nos hemos referido, el mexicano alude tanto al articulo de Ortega al Goethe libertador de la juventud... Estas son las espinas, que se cruzan en esos anos en la amistad de Reyes y de Ortega, pero volveran las rosas en anos posteriores, pues no termino alli el trato de aquellos temperamentos algo antipodas y algo inclinados al celo intelectual de sus respectivas inclinaciones intelectuales y parcelas eruditas. Por eso, seguramente, no quiso nunca Reyes abundar en sus diferencias profundas con la vision orteguiana de Goethe, ni mucho menos publicar la carta de marras. En el, tomo XXVI de las Obras Completas, que venimos comentando (dedicado a los ensayos y libros sobre Goethe), solo incluye cordiales y discretamente discrepantes alusiones a los puntos de vista del autor de El tema de Nuestro Tiempo. En cambio, en la carta inedita, que con acierto ha rescatado Jose Luis Martinez, Reyes se explaya con profundidad y fervor en su indignada discrepancia y defiende su privada, Reyes incurre en cierta exageracion, pues no era tan radical la supuesta afirmacion de que existe un mi yo mismo, no un yo cualquiera: mi yo necesario, irrevocable La polemica historico-filosofico-biografica sobre Goethe, se planteaba en serio para Don Alfonso, como ya se adivina. Pero a partir de entonces volvio a cartearse con Ortega. Se desataron en Espana los anos oscuros desde 1936 y 37. Reyes recuerda: Debe andar ese texto entre los tomos de las Obras, que no acabamos nunca de sondear. Lo cito aqui de una vieja edicion mimeografica (dos grandes tomos), encuadernados por la Editorial Universitaria de Chile en 1956, tras la muerte de Ortega en 1955 (Estudios sobre J.O. y Gasset). El Homenaje de Reyes en el volumen II de esa edicion se titula s. El me aproximo a su tertulia y a sus dominios, me dio el marchamo, junto con otros amigos cuya benevolencia no me canso nunca de admirar. Me recluto para las revistas y periodicos en que de algun modo intervenia, me embarco en sus empresas... No siempre estuvimos de acuerdo, porque la vida del espiritu es vida de arisca independencia, y el dios que nos posee, no nos deja salirnos facilmente de nuestra orbita propia. Pero hubo siempre entre los dos horas de perfecta cordialidad, de cabal comprension, de intimidad afectuosa, que dudo se haya consentido con quienes mas de cerca parecian acompanarlo. .