SECCION: ESPECTACULOS PAG. 40 CINTILLO: SONIDOS CABEZA: El retorno del vengador de Moctezuma CREDITO: OSCAR SARQUIZ F. He aqui, aficionados el ring y al box (spring), que cuando todo parecia perdido y esparcidos por el viento los polvos de aquellos lodos cosmeticos que dieran pabulo a muchos mexrockeros desmemoriados, que hoy se perfila en el horizonte la gallarda figura del charrock negrock que no ha mucho se autoexportase, no derrotado pues tal no admite su familiar natural, sino transido de dolor ante la ingratitud de la pinche Malinche. In other words, aqui esta de nuevo Sergio Arau paquien quiera algo de el, y la buena noticia es que este su "tercer primer album" de accidentadisima historia es por fin la culminacion y consecucion logica de un viejo, viejisimo proyecto que arranca inescapablemente desde la genesis misma de Botellita de Jerez, los Sex Pistols del rock mexicano contemporaneo le guste a quien le guste y le cuadre a quien le cuadre (y al que no, que chicos tomates). Aferrado -postcisma Botellero- a su proyecto original (y vital) de matrimoniar a sangre y fuego al rocanrol con la mexicanidad que tiene ambos tan indisolublemente arraigados en su corazon-zon-son corazoncito, el Arau mas multidisciplinario y congenitamente simpatico hubo de sobrevivir espiritualmente allende suburbios de San Diego revalorizando biblica caida de Mismisimos Angeles y manteniendo, bajita la mano pintora, ardiendo en su veladora creatividad su conviccion decanaria de que hay lugar bajo el sol sostenido para La Venganza, no solo del Hijo del Guacarock, sino del mismisimo Moctezuma que arrogantes geros pone a correr. Mediante el inesperado soplo vital de la fe en el depositada por su grabadora, y con el concurso de los talentosos musicos que lo apoyaron en la primera encarnacion de su Venganza imperial (Chucho Contreras, acordeonador; Icar Smith, maravillosa guitarra electrica; Jorge Velasco, bajo sapiente y paciente; Mike Nieto, enfatico cuan metodico ritmador; Ernesto Anaya, folclorafernalista) bajo la docta supervision del veterano Ricardo Ochoa en la produccion, este apasionado Fridhomenaje viene a ser todo lo que s us previos intentos eponimos con Los Mismisimos Angeles -que alguna vez me contuvieran, que hirsutos tiempos aquellos- y La Venganza de Moctezuma. Impecablemente grabado y tocado, reforzado con nuevas divertidisimas y acertadas canciones pero conteniendo aun (a peticion popular de su casa grabadora) sus viejos "grandes exitos" que nunca lo fueron por reiterada salazon ("Son de Corazon", "Cuando Me Dices Que No", "La Invasion", "Tres Caidas"), esta nueva entrega de la Araucantia es la mejor de su paulatinamente larga y reiterada carrera, y resulta deliciosamente disfrutable de principio a fin. Del apasionado y justo panegirico a nuestra pintora invalida de mas altos vuelos, a la reconsideracion del picante chorro de reivindicaciones de los conquistados; el airado desden por la enajenacion cibernetica y obsesion santurralimentaria de las chicas "mohdehrnahs"; un apasionado homenaje necrofan a la inseparable mancuerna pictorica del gran Posada y Calaca que nos acompana; un brillante alegato legal en contra de las lesionadoras cardiacas; su profesion existencial de fe en la vagabundez sentimental; y la retoma Tenochtitlaneca de un "Mexico Lindo y Querido" cuyos valores tradicionales se percuden bajo capas de ataques Imecas; y de su propia persona nemesis desde el fin del periodo Boternario, la "triste gera oxigenada/dizque rubia superior", Arau nos hace escuchar aqui por primera vez su sueno plenamente realizado: el matrimonio multipartita del rock y las muchas formas musicales que nos subyacen a este Valle del Anahuac y hasta a los de La Anahuac; el vindicativo pero contagioso sentido del humor cabu la y su albur a flor de piel de sempasuchitl y la reivindicacion altiva de nuestras maltrujadas pero indestructibles coordenadas culturales; las canciones surgidas desnudas de su alma y corazon, arropadas amorosamente por musicos y tecnicos -vaya mi admiracion aneja y reiterada para el gran talento del ingeniero Juan Switalsky- orgullosamente mexicanos, si, senor! Todo esto ha sido por fin plenamente logrado y esta aqui contenido para jubilo instantaneamente accesible, no solo de quienes -muchos- hemos tenido el privilegio de participar activamente en esta larga historia indeclinable, sino de cualquiera que tenga humor y amor intactos en estos tiempos del colera. Sexo, patria y rocanrol no son valores comunes a toda la fauna rockera, pero Sergio Arau los rescata para gozo comun, cual superheroe historietero, de los de aca. Peor para quien se los niegue a si mismo; pinche Malinche... Sergio Arau, Mi Frida sufrida Epic, 1994 * * * * 1/2 .