SECCION CULTURA PAG. 37 CABEZA: Los susurros de Perseo CREDITO: Jose Antonio Lugo Los presentadores senalaron con razon como una de las mayores virtudes de Los susurros de Perseo la calidad clasica de su escritura ajena a lo que se ha llamado la Efectivamente, Los susurros de Perseo es una novela muy bien escrita, en la tradicion de las novelas adolescentes de iniciacion sexual y artistica, cuyo tono me recuerda especialmente Las tribulaciones del estudiante Torless, de Robert Musil. La trama gira alrededor del crecimiento de un triangulo de amigos: Luciano, el artista adolescente, Andrade, aprendiz en el juego del poder, y Renato, destinado a la humillacion absoluta y al suicidio. Novela decadente, que debe mucho al naturalismo de Huysmans y Al reves, nos ofrece un continuo entrecruzamiento de deseos, del que los personajes no salen bien librados: suicidio, violacion, desencanto, muerte, la carta del Tarot en la que el rayo desgaja la Torre. Pero Jose Ricardo Chaves nos ahorra cualquier alegoria moral. Como buen escritor, su papel es el de describir, no el de juzgar. Alguna vez Flaubert senalo que en epocas de crisis esteticas y de valores, la descripcion predominaba en el arte. Jose Ricardo Chaves ha digerido bien las lecciones de los grandes maestros simbolistas del siglo pasado y nos demuestra que no hay innovacion verdadera que no se apoye en la tradicion. Lo demas es fuego de artificio y esta destinado al mundo de lo efimero. Alrededor del burdel y de la escuela donde los jovenes cursan el bachillerato, los acontecimientos se suceden a gran velocidad, tanto en el plano externo como en el espacio de las emociones. Tratese del deseo de Fabio, el director de la escuela, por Luciano, o del tio Romulo por su sobrina Beatriz, o de Bruria y Renato por Andrade, el narrador nos va mostrando con gran precision las honduras psicologicas de los deseos personales. Al apostar a la sobria precision de su estilo, Jose Ricardo Chaves no pierde el sentido del humor e interviene a veces para definir como no quiere escribir: se niega a incluir el chirrido de la puerta para no imitar a Walpole o a Stoker, establece distancias con las frases proustianas y juega a escribir como Huysmans y hasta lo plagia. Lo importante de este juego verbal es que el narrador no se engolosina y se queda en el juego por el juego mismo, ni coloca a la historia por encima de la escritura sino que, por el contrario, convierte a la precision de la escritura en el vehiculo de la creacion de la belleza y la develacion de la verdad. Ese es el legado de Flaubert, el gigante normando, y de todos quienes saben que la escritura precisa es fuente de conocimiento tanto para el que lee como para el que escribe, y da gusto encontrar en Los susurros de Perseo, de Jose Ricardo Chaves, la voluntad de estilo de quienes son escritores de verdad. Los susurros de Perseo.- Jose Ricardo Chaves.- Coleccion Los dioses ociosos.- Ed. Duero, 1a. ed., 1993. .