SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: RAZONES CABEZA: FGB: ¨retorno o reconocimiento? CREDITO: Jorge Fernandez Menendez Amor y odio. Esas podrian ser las palabras que marcan la relacion de buena parte de los principales actores politicos del salinismo con Fernando Gutierrez Barrios. Una historia ilustra esa relacion. Luis Donaldo Colosio no tenia una buena relacion con Gutierrez Barrios. Cuando este habia sido secretario de Gobernacion y Colosio presidente del PRI, la relacion no habia sido ni muy intensa ni existio demasiada identificacion entre ambos. Cuando Gutierrez Barrios comenzo a moverse, a fines de 1992, como precandidato presidencial, esa relacion se enfrio del todo. Colosio, sobre todo, era partidario de una profunda renovacion de la clase politica priista y ello, evidenteme nte, chocaba con las ambiciones de FGB. Pero despues de Chiapas, cuando el entonces candidato presidencial del PRI comenzaba a realizar los necesarios amarres con los distintos grupos de poder. Colosio realizo dos maniobras importantes: por una parte, a mediados de marzo, establecio contacto con Manuel Camacho Solis y llego, exactamente una semana antes del asesinato, a acuerdos (cuyo contenido nunca se supieron explicitamente) con el ex regente. Por otra parte, Colosio establecio una relacion con Gutierrez Barrios a traves de un amigo comun: Jor ge Moreno Collado que, una semana antes del atentado en Lomas Taurinas fue designado secretario particular de Colosio y que tenia, entre otras funciones, la encomineda explicita de establecer una eficiente comunicacion entre Colosio y Gutierrez Barrios. Al mismo tiempo, Colosio habia decidido (y quizas esta decision no era lejana de ese acuerdo con Moreno Collado) comenzar a crear su propio equipo de informacion y seguridad. Nunca llego a ponerlo en funciones. ¨Que hace tan necesario y emblematico a Gutierrez Barrios entre los politicos modernizadores? La respuesta no es sencilla pero debe buscarse en el recambio de las instituciones. El salinismo realizo, como deciamos el lunes, una profunda apertura politica y economica que puso en peligro a muchos sectores de poder. Golpeo estructuras de clientelismo politico y mercados cautivos que, combinados, permitieron crear -con origen en el alemanismo y continuidad hasta hoy- fuertes grupos de poder que fueron el susten to del sistema posrevolucionario. El salinismo, al romper el modelo tradicional, necesitaba romper con los grupos que lo sustentaban y con sus cotos cerrados de poder. En los hechos se rompieron muchas de las instituciones tradicionales del poder posrevolucionario. El problema es, utilizando una frase ya de uso comun, que lo viejo no termino de morir y lo nuevo aun no nacia. En otras palabras: no alcanzo el tiempo para crear una nueva institucionalidad. En este sentido los hilos entre lo nuevo y lo viejo quedaron en una sola mano: la presidencia de la Republica que contaba con muy pocos conductos para mantener -en esa dramatica transicion interna que hoy aun no ha terminado- la comunicacion entre lo nuevo y lo viejo. Ese papel fue el que jugo -en forma protagonica- Gutierrez Barrios durante los primeros anos de esta administrcion. La situacion se complico cuando Gutierrez Barrios, que tenia que ser factor de equilibrio desde la Secretaria de Gobernacion, comenzo a actuar como precandidato presidencial. Esa decision afecto el equilibrio interno pero, tambien, fue percibida por importantes sectores del salinismo como un intento de liderar el regreso de la vieja clase politica. Como sabemos, esa situacion concluyo con la renuncia de Gutierrez Barrios en enero de 1993 a la Secretaria de Gobernacion y la oferta de que aceptara la embajada de Mexico en Argentina, oferta que Gutierrez Barrios rechazo y contesto con una entrevista a Excelsior en la que anunciaba su retiro de la vida politica. Pero las versiones en torno a Gutierrez Barrios arreciaron con el estallido neozapatista en Chiapas. Era inevitable: Gutierrez Barrios habia controlado los sistemas de seguridad nacional durante casi cuatro decadas y, el estallido se producia exactamente un ano despues de que abandonara la vida publica. Chiapas no era un hecho aislado: durante todo 1993 la vida nacional estuvo jalonada de innumerables hechos violentos, el mas importante, el asesinato del cardenal Posadas. Pero era la consecuencia, tambien, de la desarticulacion de innumerables organizaciones de policias judiciales y otros grupos de seguridad que funcionaban, utilizando un paralelismo quizas demasiado simplista, como los brazos armados de los viejos grupos de poder politico y economico, clientelar y cautivo. Las lineas de conexion entre el poder politico, el economico y la impunidad se rompieron en algun momento de esta administracion, pero no se terminaron de construir las nuevas instituciones qu remplazaran a las caducas. En este sentido Gutierrez Barrios es el hombre que mejor conoce (porque las tuvo bajo control durante decadas) esas viejas redes y su permanencia es la demostracion de que las nuevas instituciones no estaban aun maduras. En otras palabras: los viejos eran necesarios para seguir avanznado en lo nuevo. Despues del asesinato de Colosio, Gutierrez Barrios volvio a ser un personaje central; primero porque el asesinato de Colosio coincidio con una entrevista en la revista Siempre! en la que, virtualmente, el ex secretario de Gobernacion anunciaba su regreso a la vida publica (regreso que era consecuencia, debemos reconocerlo, de los acuerdos a los que habia llegado con Colosio). Segundo porque la vieja clase politica lo promovio intensamente como candiato sustituto. Que ocurrio desde el 28 de marzo y su relacion con los rumores de la semana pasada (que incluso asentaban, el viernes 15, que Gutierrez Barrios "estaba en detencion domiciliaria") no lo sabemos mas que por otros rumores. Lo cierto es que resultaba notable que, en los marcos de los nuevos equilibrios de poder que se construyeron en torno a la candidatura de Zedillo, no hubiera un solo nombre cercano a Gutierrez Barrios. Era una senal de distancia. Habra que saber si la comida familiar del domingo en Los Pino s implica, ademas de un acercamiento personal, el prolegomeno de un polemico retorno politico. .