SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CINTILLO: ANGUSTIA EN ALBERGUES CABEZA: Queremos trabajo, clamor de campesinos desplazados CREDITO: FELIPE RODEA, ENVIADO COMITAN, Chis., 21 de abril.- A pesar de sus 47 anos de edad, Ruben Alvarez Guillen, ejidatario, con cuatro hijos, sin mujer que murio hace dos anos, la labor del campo lo ha hecho un hombre sano y fuerte. Sin embargo, tuvo que abandonar el lugar que lo vio nacer, el ejido de San Carlos del Rio, ubicado en el municipio de Las Margaritas, porque lo miembros del EZLN le dijeron que lo iban a obligar a luchar con ellos. Entrevistado en el albergue de la cabecera de este municipio, explico que el pasado 8 de enero llego un grupo de zapatistas diciendo que tenian que apoyarlos en su lucha contra el gobierno, que de alli en adelante el trabajo se realizaria de manera colectiva y las ganancias se repartirian por igual. -Eso no era malo, lo hubieramos aceptado -aseguro don Ruben-. Pero lo que no nos gusto es que nos pidieron que para entrar al combate, teniamos que marchar, pero a nosotros eso no nos cuadra, porque nuestras esposas e hijos son inocentes, no queremos que vayan a la guerra, ademas no lo tenemos permitido porque nosotros profesamos la palabra de Dios. -Entonces nos reunimos los 66 ejidatarios. 10 decidieron unirse, pero 56 decidimos no aceptar la propuesta. Los que se les unieron, de inmediato comenzaron a formar brigadas de vigilancia. Nosotros maliciamos que ya desde antes estaban de acuerdo, por lo que 56 decidimos huir-, explico. -La espera fue larga, dijo, mientras entre sus manos apretaba una gorra blanca con las letras sobrepuestas de NY. Y agrego: -se nos hizo mas larga que nunca la noche, en espera de un descuido para huir con nuestras familias. Sus ojos se pierden en el horizonte, cuya linea se le vuelve borrosa en un intento por contener sus lagrimas, mientras con voz temblorosa afirma: -yo deje tres caballos, mi vivienda, cuatro hectareas sembradas de cafe, cuyo rendimiento me hubiera dejado 260 bultos de cafe y en conjunto el ejido de San Carlos tenia un prestamo bancario de 260 reses. -Solo esperamos que el gobierno tranquilice, porque somos hombres de agricultura, no sabemos hacer otra cosa. Sentimos tristeza, es duro. Tenemos hijos que mantener y necesidades que produzca la tierra, -aseguro, externando sus pensamientos mas para si mismo, que en respuesta a la entrevista. Las respuestas y el dolor fueron compartidos por varios hombres que se acercaron en el transcurso de la entrevista, quienes tambien se encuentran albergados. Las manos callosas y los pies agrietados, en algunos casos cubiertos con zapatos baratos y en otros con simples cintas de piel, eran una muestra fehaciente de que dia con dia, a lo largo de su vida, se habian levantado con el sol y con un gran amor, colocando la semilla de vida que habria de fecundar la tierra, para despues arrancarle sus preciados fru tos. El solidario grupo aseguro que en el albergue, les dan los viveres necesarios, pero no encuentran trabajo, ni la forma de "conseguirle un dulce a nuestros hijos, nuestras mujeres lloran porque extranan sus casas, no conseguimos ni para un pan", afirman al mismo tiempo todos, intentando captar la atencion. .