SECCION: ESPECTACULOS PAG. 41 CINTILLO: DEL CONTINENTE DEL TEATRO CABEZA: Santamar o la leyenda de Fausto CREDITO: BRUNO BERT Siempre han despertado en mi un especial interes los espectaculos realizados en espacios no convencionales, que ademas echan mano a varias disciplinas artisticas simultaneamente. Asi, al entrar a lo que alguna vez fue el Cine Ideal, en San Angel, y hallar armado en el viejo cascaron del edificio una especie de entarimado y pista circense, de inmediato recorde aquel cine-teatro destruido donde Peter Brook realizara interesantes experiencias durante anos. Aqui, ademas habian amontonado desechos mecanicos al e stilo de un cementerio de automoviles, que agregaba un aire de revival sesenton al ya de por si decadente clima. Era el lugar donde se esta presentando Santamar, escrito y dirigido por Enrique Atonal. El trabajo recurre a la leyenda de Fausto y nos muestra a un grupo desconocido de rock que literalmente "vende su alma al diablo" a cambio de la fama. Esto permite escuchar musica y ver simultaneamente el desarrollo de una trama de ribetes miticos. Todo, asi planteado, parece sumamente atractivo: tema, espacio, elementos interdisciplinarios y propuesta global. Sin embargo, algunas cosas no funcionan tan bien. En primer lugar, la disposicion misma del sitio. Salvo sea el posible hecho de que el grupo haya encontrado todo como esta, intentando posteriormente justificarlo en la obra -y entonces lo mismo da que hubiera sido alli que en cualquier otra parte que evitara un escenario a "la italiana"-, no parece evidente una congruencia entre lo que se hace y donde se lo hace. Sobre todo en lo que respecta a las reminiscencias "circenses", con su pista, sus candilejas y la obviedad de su publico. Esto, a pesar de los intentos anclados en el personaje de Mefisto. Tampoco la historia presenta una estructura pareja: oscila entre lo convencional y lo epico, con frecuentes caidas y desvios, como si el autor hubiera cedido a la tentacion de excesivas variables simultaneas, perdiendo en definitiva efectividad en la propuesta de conjunto. Cuando el espectaculo termina, la sensacion es la de haber abierto un arcon de riquisimas posibilidades y haber querido usarlas todas indiferenciadamente. Una pena, ya que los interpretes -aunque heterogeneos en su desempeno actoral- se muestran muy entregados a su tarea, encabezados por Jose Angel Dominguez y Emilio Guerrero; y estan dadas en las inquietudes del autor y director las condiciones para un producto mas maduro y eficiente. En fin, el diablo tienta pero no resuelve... .