SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CINTILLO: ECOLOGIA CABEZA: URBANIZACION: ¨SOLUCION FINAL PARA EL AGRO MEXICANO? CREDITO: Gabriel Quadri de la Torre Esperamos que las campanas politicas vayan adquiriendo contenidos relevantes para el desarrollo de Mexico, y que, cada vez mas, se aparten de meras formulas retoricas. Esto, como precondicion para concitar el verdadero interes ciudadano en una participacion electoral informada y racional, que sea el cimiento de verdaderas legitimidades y de una vida publica rica y fecunda. Debatir ahora los escenarios posibles para el desarrollo de Mexico es mas urgente que nunca, sobre todo en el momento en que se nos han venido encima, todas juntas, demandas insoslayables de sustentabilidad ecologica, justicia social y crecimiento economico; algo que nos obliga a un pensamiento honesto e integrador, mas alla de los cliches ideologicos que han vuelto a campear en el panorama politico de la nacion. El abordaje de la cuestion urbana nos ofrece posibilidades muy anchas para meditar sobre futuros deseables y acequibles; abramos algunas puertas para esa importante reflexion, evitando que los apremios del momento cieguen nuestro sentido vital del largo plazo. Es imprescindible enfrentar la urbanizacion de Mexico sobre principios y posiciones solidas, reconociendo abiertamente, y con sinceridad historica, que el desarrollo economico se asocia (hasta ahora y en el futuro previsible) con altos niveles y tasas de urbanizacion en un proceso de inovacion y cambios continuos. El proceso de urbanizacion es indispensable para abatir la desigualdad, lo cual, aunque lo quiera ignorar la demagogia mesianica, requiere elevar considerablemente la productividad, disolver los mecanismos de transmision intergeneracional de la pobreza y acelerar la transicion demografica; procesos generalizables en Mexico, exclusivamente en el medio urbano. Solo la vida urbana permite relajar presiones directas de subsistencia sobre el capital ecologico, haciendo disponible de manera eficiente (al costo ma s bajo), una amplia gama de alternativas economicas, sociales y culturales que pueden ofrecer niveles mas altos de productividad a la mayor parte de los casi 30 millones de habitantes rurales que tiene Mexico y que, en su condicion de campesinos de subsistencia, nunca podran aspirar a circuntancias decorosas de vida. A pesar de lo que diga el violento neopopulismo agrarista en boga. El dinamismo economico es, en el Mexico de hoy, un atributo adjudicable a las ciudades, y fuente de mayores ingresos y niveles de bienestar. Contrariamente a lo que algunos escatologos ambientales quisieran pensar, niveles mas altos de ingresos y bienestar son fuente de preferencias sociales intensamente favorables a la proteccion ambiental, asi como de los mercados y recursos fiscales necesarios para apoyar procesos de conservacion y proteccion ecologica. Teniendo a la vuelta el siglo XXI, hablar en serio de un desarrollo ecologicamente sustentable para Mexico, implica reconocer a las ciudades como organos vitales del cuerpo, social/territorial, con el cual mantienen intercambios materiales, energeticos, demograficos y de informacion, siendo preciso asegurar un balance ambiental eficiente en terminos territoriales, asi como en la utilizacion de funciones de asimilacion atmosferica e hidrologica. Asumir politicamente la urbanizacion como un proceso inevitable y deseable, reconociendo y confrontando sus modalidades y tendencias negativas, no solo es requisito para integrar, fuera del capricho voluntarista, objetivos de politica social, economica y ambiental, sino que incluso, es precondicion de un proyecto que asegure la viabilidad de la republica en el largo plazo. La experiencia de las naciones industrializadas es contudente: el bienestar, la equidad, la justicia social, el desarrollo economico y la proteccion ambiental son incompatibles con porcentajes tan elevados de poblacion rural como los que persisten en Mexico. La Union Europea, Japon, Norteamerica, Australia y Nueva Zelanda (nuestros flamantes socios de la OCDE), y tambien naciones exitosas del oriente asiatico, han experimentado durante este siglo un proceso vertiginoso de urbanizacion, al grado de que en la actualidad su poblacion rural no sobrepasa el cinco o seis por ciento de la poblacion total, mientras que en Mexico este porcentaje asciende a casi el 30 por ciento. Esto es algo especialmente grave y problematico, en la medida de la enorme fragilidad ecologica de los ecosistemas del territorio nacional, donde son terriblemente escasas las areas susceptibles de desplegar una productividad agropecuaria significativa. Que quede claro, no estamos abogando aqui por una diaspora coactiva como solucion final a los problemas del agro mexicano, sino por una nueva matriz de principios y de horizontes para el largo plazo, que encuentre expresion en politicas publicas racionales y eficientes, en terminos sociales, ambientales y economicos. .