SECCION: Espectaculos Pag. 41 CABEZA: ZONA DE TOLERANCIA CREDITO: CESAR SILVA GAMBOA Despues de anos de lanzar el verbo, la frase adecuada para obtener los favores de las damas, empece a sentir que cada dia me repetia aun mas. Siempre lo mismo, no podia hallar nuevos y variados recursos verbales que me ayudaran al convencimiento. Incluso, llego a fastidiarme iniciar alguna charla, cualquiera, con las mujeres que se cruzaban en mi camino y prometian. Tenia que idear nuevas formas, en tanto, opte por mantenerme alejado de ellas, sometiendome asi a una estricta vigilia sexual. Habian pasado ya dos meses y nada se me ocurria. De pronto, un buen dia, cuando leia un diario tratando de alejar la tentacion de mi cabeza, me tope con un pequeno cable que me dio la solucion: "En Singapur multan a un hombre que enviaba fotografias de su pene a cuatro mujeres". De frente, perfil y tres cuartos, ya estaba, mis postales suplirian al verbo. Mi moral me acosaba, pero hice de tripas corazon y compre una Polaroid, pensando que en ningun lado me revelarian el rollo y que andarme exhibiendo en las maquinas de ins tantaneas del Metro no era lo mas adecuado, ademas de que siempre salen mal. Procedi, entonces, a enfrentarme ante la lente. La excitacion me rondaba cuando realizaba los preparativos, pero a la hora en que se aproximaba el disparo y el flash estaba dispuesto, la moral atacaba y todo cedia, se achicopalaba, se escondia como si algo temiera. "Este no soy yo -decia-. Quien se va a animar asi, esto esta de risa, apenas y se ve". Todas y cada una de las veces que lo intente paso lo mismo; no habia de otra, o co ntrataba a algun desinhibido que me sustituyera o las enviaba asi, a ver que pasaba. Mi orgullo no acepto dobles, mande dos a igual numero de damas. Domicilio conocido, cuerpo tambien y manas adorables, no habia riesgo. No anote nada, solo: "Interesadas escribir al apartado postal..." La primera semana no hubo respuesta, hasta la segunda halle un recado que decia: "Alma, me interesa la oferta. Te espero el martes, a las 8 de la noche en el Hotel Lepanto (Guerrero 90, col. Buenavista N$ 130) habitacion 215". Almita, tenia que ser Almita, debi advinarlo, ella nunca habia tenido freno alguno ni compasion en la cama por mi. "Vieja amiga -pense- nos volveremos a ver". No me habia reconocido, seria un sorpresivo reencuentro. Puntual llegue a la cita, pregunte en la recepcion, ella ya me esperaba. Subi... entre. Despues de que cesaron los desmayos y carcajadas esperables en un encuentro de estos, vinieron los comentarios: "¨Sabes por que conteste? -me dijo-. Porque de todas las fotos que he recibido como estas, son las unicas en que no aparece el afan de presumir los alcances. Se ve tan menor que me dije a mi misma que era necesario conocer a hombres tan sinceros, pero si hubiera sabido..." Tremendo golpe a mi ingenio, mi supuesta originalidad habia quedado sepultada con esta revelacion. Ahora he vuelto al verbo, al mismo de siempre, me aburrira tal vez, pero ellas no. .