SECCION CULTURA PAGINA 33 CREDITO:Enesimo Nemo El proximo jueves 17 de marzo hara un nuevo desembarco en el escenario del Palacio de Bellas Artes la nave fantasma del Holandes wagneriano, que no echa anclas en nuestras costas cada siete anos, como establece la condena del marinero errante, pero que lo hace esta vez, al menos, diez anos despues: exactamente en 1984 se ofrecieron en nuestro teatro nacional varias funciones (creo que seis) de Der Fliegende Holnder, con el baritono Guillermo Sarabia (que por ultima vez cantara en Mexico) , con Myrna Bismark, Malcom Smith, David Portilla, Osbelia Hernandez y Ricardo Sanchez. El director de orquesta fue en esas funciones el maestro Laszlo Roth, y la escenografia era la disenada por el maestro Antonio Lopez Mancera, cuya muerte lamentamos la semana pasada, y quien paso la mitad de su vida trabajando para el foro del Palacio y para otros teatros de la Republica. Se anuncia un reparto prometedor para este Buque fantasma en el que cantaran la soprano Dinah Bryant (Senta), conocida de nosotros desde su Salome, el bajo ruso-mexicano Nikita Storojev, buen musico y buen cantante a quien tambien hemos escuchado en varias ocasiones (hara el papel de Daland) y como ha informado en larga entrevista el Director de la Opera de B.A. Gerardo Kleinburg, se encomendara el papel de Erik al tenor Jorge Lagunes, que ya ha dado muestras de su excelente condicion y voz en Nabucc o, y el papel de la nodriza Mary a la mezzo-soprano Eva Ma. Santanna. El papel titular sera cantado por el unico de los interpretes al que no hemos oido, el joven bajo-baritono Jean Paul Fink, que ha sido elogiado en la opera de Houston por su desempeno en obras del repertorio aleman. El director de escena es Sergio Vela, gran conocedor de la literatura y la musica wagnerianas, que emprende una nueva aventura despues de su afortunada puesta en escena de La Clemenza di Tito, apoyado por un diseno esce nografico del siempre talentoso y profesional Alejandro Luna. El director de orquesta, otra garantia prometedora, es Enrique Arturo Diemecke. Aniversarios de Richard Wagner se cumplieron el ano pasado (el 180 de su nacimiento y el 90 de su muerte ocurrida en 1883), pero tambien se cumplio el 150 aniversario del estreno en Dresde de esta segunda opera del autor del Parsifal, que con ella iniciaba su triunfante y asombrosa carrera de revolucionario de la opera y de la musica en el mundo. Admirables siguen siendo la originalidad y el poderio sinfonico y vocal que Wagner logro imprimir a esa leyenda basada en texto de Heine, pero sujeta a un tratamiento poetico y dramatico del compositor mismo, que seria el redactor de todos sus libretos desde la primera de sus operas hasta la ultima, y tambien un teorico y un innovador de la estetica correspondiente al drama musical. Precisamente la relativa desconfianza, el repudio decidido a veces (sobre todo entre los partidarios de la opera tradicional f rancesa e italiana), que las primeras obras del aleman producen, se deben a su condicion de verdaderas aportaciones ineditas al ritmo teatral y a la diccion dramaticamente natural que Wagner quiere dar a los cantantes de sus versos. Wagner, claro es, no viene de Rossini y de Donizetti (mayor efecto produce en el Vincenzo Bellini, a quien descubre en Paris), sino de Gluck, de Mozart, y desde luego del singspiel germano, del teatro cantado tradicional, o teatro con musica que se mezclaba con largos recitativos y parlamentos, proximos al aria parlante o el arioso italianos. No era entonces, como continuaron, continuan, diciendo quienes no han logrado compenetrarse de la grandeza de concepcion musical y la intrincada estructura dramatico-operatica de las obras de Wagner, que el compositor atrasado mundo a suya, en el fondo aprendida por los mismos grandes compositores italianos o franceses (tambien por los alemanes), que nunca lo imitaron, pero en cuyas obras maestras no puede sino apreciarse la misma integracion ideal de elementos en que Wagner sonaba. ¨Son otra cosa monumentos como el Otelo y el Falstaff verdianos? .