GUIA: VIZ SECCION: Ciudad Pag. 31 CABEZA: Mi Ciudad Patrimonial CREDITO: Jose Jesus Fonseca Los selectisimos colegios para hijos de peninsular que se abrieron durante el siglo XVII, dejaron para 200 anos adelante la huella de su elegante ser; tal es el caso del jesuitico San Ildelfonso, que culmino su construccion en ese siglo, y del Real Colegio de San Ignacio de Loyola de las Vizcainas, que tambien tiene que ver, en femenino, con el jesuitismo. Por si poco fuera, los edificios resultan tan parecidos que uno podria continuar del otro sin notarse. Los cofrades de Nuestra Senora de Aranzazu: Francisco Echeveste, Ambrosio Meave y Manuel Aldaco, bajo la advocacion de San Ignacio de Loyola, fundaron el Colegio y Recogimiento para Ninas, Doncellas y Viudas de ascendencia espanola; todo esto con independencia del Espiscopado Virreynal, quien no ejercia autoridad alguna sobre el colegio. Para construir semejante empresa, la ciudad le concedio terreno. Hoy abarcan toda una manzana, 136.50 metros por Aldaco y 126 por Vizcainas. Miguel de Rivera, estuvo a cargo de la construccion del edificio en 1734, que concluyo en 1752, segun esbozo del cofrade Pedro Basori. Fernando VI, lo aprobo en 1753, y fue hasta 1767 cuando empezo a funcionar, fecha en que fueran expulsados los jesuitas de Espana y sus colonias. Inicialmente la capilla fue propiedad privada, hasta que en 1772 se decidio abrirla al publico para lo cual se llamo al notable arquitecto Lorenzo Rodriguez, a quien todos conocemos como el autor del estilo Barroco Mexicano, caracterizado por su columna estipite y el entablerado recamado de sus panos, que siendo de tezontle, reciben el beneficio formal de la cantera gris labrada con exceso. El edificio de dos niveles, almenado con remate de obelisco, traza desde la cornisa alta los panos de tezontle que limitan las ventanas seriadas cuya moldura es elegante y sencilla, por lo cual Rodriguez hubo de sujetarse, y sin excesos, disenar una puerta casi plateresca. En el interior existen siete patios que se han modificado sin la supervision del INAH. Flanquedo por habitaciones, lo mismo que la parte posterior que da a Plaza de las Vizcainas, el edificio luce fracturas. Debido a los danos que sufrio a raiz de los terremotos de 1800, el edificio fue reparado por los arquitectos Castera y Gonzalez Velazquez; y posteriormente, en 1845, por el afamado autor de la cupula de Santa Teresa, Don Lorenzo de la Hidalga. Una vez restaurada la republica, Don Benito Juarez lo designo Colegio de la Paz, y desde entonces permanece laico, pero con toda la tolerancia de su vocacion religiosa original. Este fue el Colegio de Dona Josefa Ortiz de Dominguez y Dona Leona Vicario. Los metropolitanos, ¨permaneceremos indiferentes y dejaremos que su destruccion paulatina y adulteracion en funcion de su actual uso de colegio, continue? El INAH, la Vocalia del Centro Historico, el ICOMOS y todo aquel que tenga conciencia de su valor, deben apoyar su rehabilitacion. El Colegio de las Vizcainas es Patrimonio de la Humanidad  que tenga conciencia .