SEC. INF. GRAL PAG. 3 CABEZA: El destino de Demetrio Sodi CREDITO: RAUL TREJO DELARBRE Demetrio Sodi es un politico muy activo, no cabe duda. De ello dan testimonio muchos de quienes lo conocen, que ademas son, con frecuencia, amigos suyos que tienen acceso a los medios de comunicacion. Esa cualidad de Sodi, junto con su constante afan para tener una presencia publica intensa, le ha permitido ser un hombre politico con mas influencia en distintos sectores de opinion que, incluso, en el partido que acaba de abandonar. El caso de Sodi quiza confirme que no basta con la inteligencia, ni con la vocacion protagonica para hacer politica. Ademas se requieren tenacidad, trabajo, y lo mas importante, ideas capaces de convertirse en proyecto. La semana pasada, al formalizar su renuncia al Partido Revolucionario Institucional, Sodi menciono varios motivos que van desde su desencanto con la vida interna en esa organizacion politica, hasta su desconfianza respecto del nuevo candidato presidencial. Los que presenta, son argumentos de rechazo, en negativo, mas que propuestas para avanzar con y hacia la democracia, ya sea dentro o fuera del PRI. Pero sobre todo, los motivos que esgrime Sodi ya existian desde hace varios anos y no explica por que, en todo caso, tardo tanto tiempo en darse cuenta de ellos o por que, conociendolos, aguardo hasta ahora para renunciar al PRI. Sodi cuestiona la falta de democracia en ese partido para seleccionar a los candidatos a cargos de eleccion popular, que siguen estando supeditados a decisiones de numerosos esfuerzos y compromisos, la democracia interna sigue siendo una ficcion o una aspiracion inacabada dentro de ese, como dentro de otros partidos. Las decisiones unipersonales, y/o autoritarias, siguen estando por encima de formulas de consenso o de participacion directa de los militantes. Sin embargo, fueron precisamente esas formulas aquellas que le permitieron a Sodi ser designado candidato a diputado federal en 1988 y para asambleista en el Distrit Federal en 1991. A Sodi no lo eligieron las bases como candidato del PRI. Luego, se beneficio de triunfos priistas, que sin duda contribuyo a lograr, en ambas ocasio nes. La otra discrepancia del ahora ex priista es con la personalidad, y dice el, con el proyecto de Ernesto Zedillo. Pero a estas alturas de su reciente campana, no puede afirmarse que el proyecto de Zedillo vaya a ser distinto al que sostenia el asesinado Luis Donaldo Colosio cuya candidatura, esa si, Sodi compartia y respaldaba, a pesar de que fue decidida con los mismos metodos que ahora impugna. Zedillo, si bien esta buscando un tono y matices propios, no se ha deslindado de las ideas y del proyecto de Luis Donaldo Colosio (al contrario, las ha reiterado desde su discurso de toma de protesta hace dos semanas) y no hay indicios de que vaya a hacerlo. Entonces, no parece congruente que Sodi haya apoyado antes a un candidato con un programa, y se deslinde ahora de otro que tiene el mismo programa. Sodi discrepa con la trayectoria de Zedillo, a quien le critica su falta de militancia en el PRI. Solo los priistas, y seguramente no todos ellos, saben que tan intensa y constructiva ha sido la tarea partidaria de personajes como los que mencionamos. Pero si nos atenemos a sus fichas biograficas es posible advertir que Ernesto Zedillo ingreso a ese partido en 1971, a los 20 anos, en tanto que Demetrio Sodi lo hizo hasta que tenia 31 anos, en 1975. Puede decirse que su militancia era fruto de la reflexion y la madurez, pero el mismo Sodi acaba de escribir que decidio entrar al PRI cuando comenzo a ser funcionario publico, es decir, siguiendo una de las mas tristes tradiciones de la administracion gubernamental que supone que los cuadros, de nivel medio para arriba, estan obligados a formar filas en ese partido. El problema, seguramente, no es si Sodi ha sido mas priista, o no, que algunos de sus hasta ahora correligionarios. El, indudablemente fue un priista de excepcion, en tanto que a ultimas fechas procuro diferenciarse, en las actitudes mas que en las propuestas, del resto de su partido. Para el PRI como para cualquier partido que se respete y respete a sus integrantes, siempre es lamentable cualquier dimision. Seguramente lo es esta, que lo priva de un militante notorio y activo. El asambleista Sodi ha anunciado que, por lo pronto, se dedicara a la promocion de grupos ciudadanos, de esos que estan tan de moda, para la vigilancia de las elecciones. Su experiencia en la calificacion (y, asi, en la convalidacion) de comicios como los de 1988, seguramente resultara util en esa tarea fiscalizadora. Pero seria lamentable que ese transito del mundo politico a la llamada sociedad civil contribuyera a la confusion frecuente, que supone que los miembros de tales agrupaciones ciudadanas se enc uentran ajenos a los partidos. El hecho de que un personaje del ambito partidario se involucre en esa area creciente y diversa que es la de las llamadas organizaciones de la ciudadania, confirmara que ellas no estan separadas de los partidos, sino que hay intenso transito entre unas y otros. Pero ademas, parece altamente probable que Sodi sea candidato a senador por el Partido de la Revolucion Democratica, en el Distrito Federal. Quiza en la pretension de ocupar esa candidatura, se encuentre la verdadera explicacion para que sea precisamente ahora (justo cuando ocurren los procesos internos para tomar tales decisiones en los partidos) que Sodi anuncia su renuncia al PRI. Sin embargo, tampoco en el PRD hay nominaciones democraticas, como las que Sodi quisiera para los partidos. La mitad de las c andidaturas perredistas sera decidida por un solo senor, que tiene una capacidad discrecional como no la existe en ningun otro de los partidos politicos mexicanos (en los que al menos hay juegos de fuerzas, corrientes o personas). Si Demetrio Sodi es candidato a senador, o a cualquier otra posicion por el PRD, sera gracias a una decision de Cuauhtemoc Cardenas que resultara tan vertical, tan poco democratica, como las que le critica a su ahora ex partido. Sale disgustado por el autoritarismo que descubrio en el PRI, para llegar a beneficiarse por el autoritarismo en el PRD. Otro asunto sera como explica a los electores su cambio de camiseta pues, aunque no se afiliara al Partido de la Revolucion Democratica, Sodi tendria que comparti r una plataforma politica muy distinta a la que hasta ahora defendia. Hay quienes encuentran congruencia en la dimision de ese personaje. Quiza, mas bien, hay una busqueda de nuevos horizontes personales que no hace falta disfrazar de accion intrepida. .