SECCION ESPECTACULOS PAG. 36 BALAZO: AQUI Y AHORA CABEZA: Impresiones atras de la pared CREDITO: FERNANDO FIGUEROA Desde el puente de Rio Churubusco y Anil un punado de jovenes se entusiama cada vez que en un cerdo mecanico entra en accion dentro del Autodromo Hermanos Rodriguez. Esa imagen es lo unico que alcanzan a ver quienes han quedado fuera del proyecto neoliberal, muy lejos de poder pagar 50 o 100 dolares. En el camellon -en linea recta con el escenario- algunos chavos banda distinguen apenas lo que seria el Polo Norte de una pantalla circular, en la que seguramente ven cinito los privilegiados que estan dentro del chiquero. El sonido Pink Floyd se confunde con el ruido que provoca el transito vehicular. Desde el puente, el redactor intenta mirar 20 anos atras, y cuando esta a punto de ver el dia en que bailo "Us and Them" por vez primera y hasta atras, se detiene una patrulla con ganas de sacar una lana de entre los condenados de la tierra. Un nero le dice a los polis que no es delito estar en la calle escuchando un concierto. Los uniformados hacen acopio de toda la estupidez de que son capaces y entonces uno de ellos afirma que va contra el reglamento estar en una via rapida; el otro representante de la ley nos acusa de "danos a la nacion" porque la banda le ha dado en la madre a unos tablones que se colocaron ahi, seguramente para que los automovilistas no se distrajeran con la iluminacion que surge de la famosa curva peraltada. Ante las risas burlonas unanimes, los tiranos optan por irse con la cola entre las patas, al mismo tiempo que el gran cerdo grune y cobra vida nuevamente. 200 o 300 "espectadores" callejeros contrastan con los dos o tres mil fans que bloquearon 10 de 12 carriles de la misma avenida cuando Paul McCartney se presento en el mismo sitio. En aquella ocasion, la gorrita cafe funciono mejor ya que desde afuera eran visibles dos pantallas medianas que reproducian en video la accion del escenario. Ahora la pared que separa al Autodromo de la calle parece tener mas ladrillos. El transito provocado por el regreso de vacacionistas impide el disfrute pleno de lo que es Pink Floyd sin dos de los grandes. De regreso a la Jardin Balbuena descubrimos un oasis acustico entre el Palacio de los Deportes y la Escuela Superior de Educacion Fisica. Entonces si se produce el viaje misteriorso al pasado, conducidos por la memoria involuntaria. Ya en terrenos del barrio entranable, se alternan las calles donde no se escucha nada y aquellas en las que se tiene la impresion de que a dos cuadras hay un grupo de rockeros que tocan mas que bien. Los rayos laser surcan el cielo y se pierden en algun hoyo negro. Un escribidor conmovido recuerda borracheras de los anos setenta amenizadas ocasionalmente con algun caset de Pink Floyd. En el mismo lugar y sin aquella gente, ahora la musica es en vivo; el tiempo parece expanderse y el instante abarca media vida que se ha escapado en un leve parpadeo. Gilmour, Wright y Mason hacen lo posible por ocultar a Barret y Waters, pero estos cada vez brillan mas en ese vidrio del pasado que refracta su luz sobre la actualidad. La locura dio de baja en forma temprana a Barrett y los conflictos interpersonales eliminaron a Waters del grupo. Entre los cuadernos de la Balbuena tambien se han producido sicosis y traiciones. Ya no somos los mismos. .