SECCION CULTURA PAG. 32 CABEZA: CREDITO: es, lo bastante como para hacerte la ilusion de que, si, estas compadecido). Una pelicula que trate sobre un resfriado nunca sera algo serio, supongo que tampoco una novela, a menos que se apele de algun modo a lo centroeuropeo (intermedio a las monjas poseidas y los codos virginales). ¨Por que no? Resulta un verdadero reto lograr una narracion que sea gangosa, atronante, ronca, tosferinica, mocosa, afiebrada, y que este constipada. Algo que empiece hablando acerca de que las bendiciones e invocaciones a la salud que se dan despues de un estornudo tienen origen en el temor que al estornudar se le salia el alma a uno. Se puede seguir por ahi o negarlo, o hacerlo saltar una valla como si fuera caballo, o preguntarse si los caballitos del diablo pueden tener catarro y con este tipo de desarrollos uno pueden sacar en claro por que nunca le dieron el Nobel a Gombrowicz (la referencia al codo es en honor suyo), lo que me recuerda las recomendaciones de Javier Marias para poder ganar el Nobel: clamar mucho en el des ierto (...), ser solemne o un poco sombrio, la amargura no esta de mas; su obra debe reflejar la miseria del hombre contemporaneo (etc, etc, etc) y (...) no debe hablar mucho de literatura ni tener ningun sentido del humor(1). Lo que dice Marias no es una regla general, pero le queda como anillo al dedo al Nobel, o a cualquier otro premio que se precie, de entre sus caracteristicas notables, de atrapar la atencion mundial, y por tanto, una justificacion, tanto o mas importante que esta de ocupar un espacio impreso. Digamos que los premios forman canones de candidatos a fantasma, quienes tarde o temprano fulguraran en una galeria -tan espectral como ociosa- cuyo guia, obviamente, no sera Rod Serling. Por lo pronto, Marias esta haciendo meritos para que no se lo den, como antes los hizo Calvino y Ionesco y Burguess y Queneau (mira que irselo a dar a Claude Simon cuando aun vivia la Yourcenar) y bien podria haberlos hecho Rabelais (quien, pantagruelicamente podria haber hecho parangones entre la nouvelle cuisine y la nouvelle roman, y quedarse con la nouvelle vague por Belmondo, y a veces por Godard). Y asi, ad infinitum, ad nausea, y demas como prueba comprobable de que las voces cultas pueden causar adiccion, et al. Segun pude leer en el Rolling Stone, Bill Clinton le recomendo ampliamente a su pais el ir a ver Schindlers List, sin embargo, cuando le preguntaron respecto a The piano, opino que era demasiado confusa; bueno, uno nunca sabe que le ven los franceses a las peliculas, pero alguna razon han de tener. Algo entre el salto al vacio y una pelicula de Spielberg, esa sensacion mosqueante, pero iluminadora, que provee un resfriado que ha sido aplazado demasiado tiempo con antihistaminicos. (1) Javier Marias, Literatura y fantasma, Siruela, Madrid, 1993, p. 116. .