SEC. INF. GRAL. PAG. 10 CABEZA: El reto de Zedillo CREDITO: para ser legitimadas por todas las fuerzas politicas. Colosio se comprometio con la continuidad de la reforma estructural de la economia: "debemos pasar de las buenas finanzas nacionales, a las buenas finanzas familiares". Como ex presidente de su partido y luego de ser secretario de Desarrollo Social, Colosio intentaba construir una base de apoyo con la estructura territorial priista y capitalizar a su favor los aciertos de la presente administracion. Optimista en torno a sus posibilidades de triunfo y con vencido de la imperiosa necesidad de una eleccion creible, se comprometio a la realizacion de elecciones transparentes, firmo los acuerdos para la democracia y la paz en enero pasado y apoyo una reforma electoral que garantiza la neutralidad de las autoridades electorales, aprobada por el Congreso -ironias de la vida- en la noche de su asesinato. Ernesto Zedillo ha manifestado su intension de continuar con los lineamientos generales de politica economica, pero, la duda brinca en cuanto a su habilidad politica de poder establecer pesos y contrapesos dentro de la intrincada estructura priista y de presentar un solido frente unitario para convencer a un electorado cada vez mas critico e informado que percibe que las cosas no andan del todo bien en el partido fundado por Plutarco Elias Calles. En efecto, la posible incriminacion de un dirigente priista de Tijuana en torno al homicidio de Lomas Taurinas, erosiona la credibilidad del PRI en la peninsula que de un lustro atras no ve la suerte a su favor. A nivel nacional, la renuncia de Demetrio Sodi de la Tijera acaso sea un episodio solitario, pero es lo suficientemente protagonico para mellar la imagen de ese partido. Como corolario de fisuras y resquemores, la reciente confrontacion entre diputados y asambleistas ensena la punta del iceberg del forcejeo al interior del PRI, teniendo como escaparate del desplegado "en contra de la linea dura", en donde 11 de los 18 diputados cuyos nombres figuraban alli, negaron haber suscrito el documento, pero luego tres de ellos se desmintieron de haber negado. Colosio quiso vender la imagen de un poderoso agente del cambio. Por el desgaste del discurso politico que desde hace anos ha provocado la retorica repetitiva del PRI, muy pocos le creyeron. Sin embargo, ahora se disipa el ambiente y conocemos que hubo grupos a los que el discurso colosista asusto, o al menos, lleno de cautela. Entre estos, los dinosaurios, los fundamentalistas del feroz liberalismo economico, los partidarios del presidencialismo a ultranza y de la aplicacion de una ley y un orden muy a su conveniencia. Es un hecho que el discurso de Colosio pudo ganar simpatias para su campana -que era de lo que se trataba- pero concito en su contra las fuerzas mas retrogadas. Fuerzas que reclamaron al candidato sustituto las cuotas de poder que supuestamente perdieron en 1988 gracias a la concertacesion con la oposicion, olvidando en su descabellada exigencia que precisamente fue la ciudadania la que en las urnas manifesto su repudio a los historicos jerarcas sindicales. El proximo verano el PRI tendra que ganar con votos que generen confianza -un ciudadano, una boleta-, si es que desea llevar a Zedillo a Los Pinos. Colosio sabia que necesitaba ganar con plena credibilidad. Su oferta de rechazar los votos al margen de la ley, aunque fue tomada por muchos como mera retorica, tenia un claro viso de racionalidad politica. Incluso, insistio, de manera sincera, que no aceptaria un triunfo del que sus hijos se avergonzaran. Tambien Ernesto Zedillo, como coordinador de la campana colosista, reconocio que las cosas no estaban como para implementar uno mas de los fraudes patrioticos a los que el diputado Abraham Talavera justifico al inicio de la actual legislatura federal. El PRI pasa por momentos de crisis y reacomodos, situacion que a todos debe de preocuparnos habida cuenta de la preeminencia de ese partido en la vida politica del pais. Sin embargo, la solucion no esta en que el PRI intente rescatar a la mala el control perdido en comicios anteriores. Las condiciones nacionales ya no lo permiten, ni los compromisos internacionales lo tolerarian. El problema basico reside en que si en realidad el nuevo candidato desea ganar con votos legales, tendra que afrontar a los anqui losados aparatos locales de su partido para evitar que estos, movidos por la inercia y la tradicion, hagan de las suyas, pues con ello llevarian al fracaso la candidatura de Zedillo, y provocarian -como en el pasado- la inestabilidad politica. Ahi estan como ejemplo los resentimientos del PRI en Baja California despues del reconocimiento del triunfo de Ruffo; las recriminaciones del priismo guanajuatense al obligarsele desde el centro a reconocer que la gubernatura del estado ya no le pertenecia; o la negat iva del PRI en Guaymas y Merida de reconocer la victoria panista para ambas presidencias municipales. Asi las cosas, los consejeros electorales de Zedillo deberan disenar una estrategia que tal vez resulte mas dificil que meter lasmanos en las urnas: lograr que las bases priistas jueguen limpiamente. Si de esa forma gana Zedillo, podra -como Colosio queria- llegar a la Presidencia por vias que no generen suspicacia e incredulidad. De otra forma, aunque la victoria real fuera suya, es probable que no pueda llegar a asumir el cargo por el que contiende, o no de manera suficientemente legitima como para poder mantener la gobernabilidad. Ahi esta el reto de Zedillo. .