PAG. 31 SECCION: Cultura CINTILLO: Inspiracion y barbarie/I CABEZA: Ciudadano del ano dos mil CREDITO: Jean Daniel Puesto que nos acercamos a un fin de siglo que tambien es un fin de milenio, es logico y previsible que tengamos, todos, un enorme deseo de hacer un balance. Las fronteras cronologicas, como casi todas las fronteras, son mas o menos artificiales. Las divisiones tajantes son tan arbitrarias en el tiempo como lo son en el espacio. Sin embargo, el problema que hoy se nos plantea a todos nosotros, dado que todos nos hemos convertido en ciudadanos del mundo, es un problema predominantemente existencial. ¨Que es lo que hemos hecho y lo que podemos hacer? ¨Quienes somos y en que nos convertiremos? ¨Debemos de aceptar los consejos de los historiadores que dicen: "Ya no hay nada nuevo bajo el sol" o los de los cronistas que afirman: "lo imprevisto siempre esta a la vuelta de la esquina"? ¨Reviste algun sentido hablar del hombre y del devenir de la humanidad con los mismos terminos que usaban nuestros padres y nuestros abuelos o, nuestros antepasados? He dicho que nos hemos vuelto ciudadanos del mundo. Es un cambio importante, considerable incluso para los que no han tomado conciencia de ello -y nos damos cuenta que estos todavia son muy numerosos cuando contemplamos las convulsiones tribales que se verifican por todos lados, en el planeta, conflictos aislados. Y sin embargo nos arriesgamos a no comprender nada de nuestra epoca si no tomamos a nuestro cargo este profundo cambio -que por otro lado podria explicar muy bien, con el panico que genera, las descompuestas convulsiones que observamos. Somos ciudadanos del mundo antes que nada porque hemos dejado de considerarnos el centro del universo. Viajando en el espacio, luego de ver otros planetas, hemos contemplado el nuestro, con ternura y desencanto. Somos los minusculos ciudadanos de una Tierra minuscula que llamamos nuestro mundo. Esto reconsidera nuestra importancia. Pero nos liga aun mas a nuestro planeta y deberia de hacernos ver con objetividad a nuestros clanes y a nuestras defensas. Somos ciudadanos de mundo tambien y sobre todo por razo nes evidentes en el campo de las comunicaciones. Los sistemas audiovisuales e informaticos, el fax -que sin lugar a dudas es el invento mas prodigioso y desconcertante de la tecnologia- han penetrado en nuestra sociedad, influenciando nuestras costumbres y hasta modificando nuestro individual comportamiento cotidiano. Fenomeno notable, inmenso, demoledor, cuyas consecuencias estan todavia muy lejos de ser totalmente estimadas si es que acaso pueden serlo. Por primera vez, el pensamiento de Terencio, que Montaigne hizo celebre y que decia: "Nada humano me es ajeno", dejo de ser una moral para convertirse en una obligacion. Cada uno de nosotros se ha convertido en el vecino o en el projimo del hombre mas lejano de esta Tierra. No solamente porque puede ir a buscarlo, sino fundamentalmente porque cada uno, estando en su propia casa, puede ser informado de lo que sucede en los lugares mas remotos. El sentido de la distancia esta por desaparecer. Esta por nacer e n su lugar el sentido de la interdependencia. Pero, en el inventario de los cambios del siglo, deben figurar tambien tres nuevas capacidades del genero humano que podemos definir con justa razon como prometeicas: 1) El hombre ha sido siempre capaz de asesinar a su vecino; con lo nuclear, y ahora esta en grado de destruir a su propia especie y de contribuir a hacer la presencia del hombre en la tierra un mero accidente. Millones de especies vegetales y animales han desaparecido. Sabemos muy bien que e sto le puede suceder tambien al hombre. 2) El hombre fue capaz de modificar la naturaleza a su beneficio, abandonado a si mismo, demostro que tambien era capaz de destruir el ambiente ecologico que ha permitido la aparicion de la vida. Esto significa que puede destruir no solo a su propia especie, sino a todas las especies vivas. 3) El hombre, en resumen, fue capaz de triunfar sobre las enfermedades. Con la genetica, esta hoy en grado de impedirle el acceso a la existencia de seres destinados a enfermarse o , de acuerdo a criterios arbitrarios, destinados a ser debiles o inutiles. Cada una de estas tres observaciones sobre los cambios de nuestro tiempo seria suficiente para provocarnos mareos. Sin embargo, es necesario agregar a estas una que, al igual que las otras o casi, es fruto del progreso tecnologico y de las aventuras de la inteligencia: los hombres no fueron siempre tan numerosos en el planeta, el crecimiento demografico ya no conoce limites y las condiciones de vida nunca fueron tan desiguales. En los tiempos de Jesucristo la poblacion del globo ascendia a 252 millones y, e n el ano mil, a 253 millones. Hoy nosotros somos 5 mil 400 millones; seremos 6 mil 400 millones en el ano dos mil; y en el ano dos mil 100 nos acercaremos a los diez mil millones. Evidentemente estos fenomenos no comenzaron hoy. Pero la conciencia que tenemos de ellos ha sido ocultada por el hecho de que algunos ideologos creian detentar la verdad que representaba la solucion adecuada para resolverlos. Entre ellos estaban (y estan aun hoy, sobre todo en el Islam) religiosos. Traduccion de Maria Teresa Meneses. Tomado de La Repubblica, 1993. .