SEC. INF.GRAL. PAG. 6 CABEZA: LA VIOLENCIA EN EL PAISAJE CREDITO: Este uso abusivo de la palabra desfonda cualquier condena posible a la violencia politica material que desde el 1 de enero vive el pais. Los analistas dicen: la violencia justificable es la que le sigue a una violencia originaria -la probreza, la injusticia- que siempre procede del gobierno, condenar este tipo de violencia seria reprobar al cura Hidalgo, Morelos, Zapata y Villa. Concretamente, la violencia solo es la accion fisica y voluntaria de un grupo contra otro cuyo objetivo es inmovilizarlo o extermi narlo. El poder no tiene como meta destruir a los otros sino modificar sus conductas para que sean socialmente utiles. Pero tal pareceria que estas dos nociones, poder y violencia, se han estado confundiendo indiscriminadamente hasta hacer de algunos de nuestros analistas politicos un tipo raro de neoanarquistas que al condenar la violencia condenan cualquier manifestacion del poder. No esta de mas insistir en que la violencia desde el poder siempre es previsible y mesurada y su monopolio por parte del Estado tiene el consenso de la poblacion. Cuando la violencia es un recurso fuera del Estado es imprevisible y desmesurada y genera el terror que paraliza a la poblacion. Por eso me resulta por lo menos curioso que algunos de los elogiadores de la violencia como recurso de la resistencia politica sigan diciendo, al mismo tiempo, que creen en las elecciones. El neozapatismo y el terrorismo sin rostro de la extrema derecha que el pais ha visto despertar en los ultimos tres meses desalentara la participacion en las elecciones del 21 de agosto, sus elogiadores habran contribuido a la espiral de la sinrazon. La estabilidad del pais se rompio y tenemos la responsabilidad de refundarla sobre bases democraticas. Pero esto no sera posible si no se modifica la relacion que las autoridades y los ciudadanos tenemos frente a la ley. La impunidad con la que el Poder Judicial sigue actuando todos los dias, extorsionando, inculpando, torturando a una ciudadania que aprendio a transgredir las leyes como una relacion democratica con la ley. En el supuesto de muchos analistas permanece este tortuoso acercamiento: si la autor idad viola las leyes, los ciudadanos tambien lo puden hacer para lograr una igualdad de condiciones ante el poder. Esta cadena de violaciones de una y otra parte esta en el centro de la descomposicion politica que hoy vivimos. Sin menoscabo de los avances que la Comision Nacional de Derechos Humanos ha logrado en el combate a la impunidad de las autoridades, me parece que salta a la vista su insuficiencia frente a lo que hace falta; una nueva cultura del respeto a la ley, sin cuya formulacion no podremos refundar la estibilidad del futuro. La vieja estabilidad corporativa, irracionalmente coercitiva, autoritaria, centra lista, presidencialista se rompio en el clima de violencia que desataron los sucesos en Chiapas y Tijuana. La nueva estabilidad debe estar fundada en una cultura del respeto a la ley, sobre todo en la garantia de que en las elecciones triunfe el que tuvo mayor votacion, pero no solo. Un debate por venir es si debemos incluir dentro de la ley la desobediencia civil y pacifica para que se expresen los sectores inconformes y asi cerrarle el paso a los violentos. Esto significa un cambio en la relaciones entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, pero sobre todo un cambio en las practicas de todos los mexicanos. La estabilidad esta en juego. .