PAG. 30 SECCION: Cultura CINTILLO: CAPILLA SIXTINA/I CABEZA: Juicio Final, la restauracion del siglo SUMARIO: 453 anos despues, japoneses e italianos trabajan por su rescate CREDITO: Ken Shulman A medida que el elevador sube los siete niveles de andamios, los contrastes en las pinturas murales son de una intensidad desconcertante; elevandose desde los condenados a los redimidos, de lo grotesco a lo glorioso. A pesar de la iconografia y del tema del fresco que tiene casi 56 metros cuadrados, la inevitable procesion ascendente y la atmosfera son mas dantescas que biblicas. Visto en fragmentos independientes por el entretablado de los distintos pisos de madera, como en una lenta y larga aproximacion, las innumerables figuras musculosas del monumental mural de Miguel Angel, El juicio final, aparecen casi dotadas de vida mientras se elevan en sus tumbas abiertas para ser trasladadas hacia el cielo por angeles o retorciendose de remordimiento mientras demonios de dientes felinos los hunden en el infierno. "Hay siempre un momento para intercambiar ideas", dice el conservador en jefe del Vaticano Gianluigi Colalucci, haciendo una breve pausa en su trabajo en el muro Oeste de la Capilla Sixtina, donde esta situado El juicio final. Este romano de sesenta y tres anos, ha pasado los ultimos trece quitando pacientemente capas de humo de vela, hollin, polvo y goma del techo, las lunetas y El juicio final. El proyecto, financiado y filmado por la red de television NTN de Japon, con un costo estim ado de cuatro millones de dolares, quedara en el recuerdo como una de las restauraciones mas importantes del siglo. Miguel Angel pinto el techo de la Capilla Sixtina entre los anos 1508 y 1512 para el Papa Julio II y regreso a la capilla en 1536 para pasar alli otros cinco anos pintando El juicio Final que quedo terminado en 1541. Este magnifico techo presenta nueve escenas del Antiguo Testamento, escenas que incluyen La embriaguez de Noe, El pecado original, y la tan celebre y frecuentemente reproducida Creacion de Adan. Las escenas biblicas rectangulares estan enmarcadas por diez pares de es plendidos desnudos. En direccion a los muros de la capilla hay doce monumentales tronos ocupados por sibilas y profetas del Antiguo Testamento, debajo de estos y haciendo arcos por encima de las ventanas del gotico tardio de la capilla, hay catorce lunetas que presentan a los ancestros directos de Jesucristo. En su conjunto, el techo ocupa casi 375 metros cuadrados. Aunque en buen estado, la obra de Miguel Angel en la capilla no ha superado los ultimos cinco siglos totalmente ilesa. En los siglos XVI y XVII, el techo de Miguel Angel sufrio los efectos de la lluvia que se filtraba a traves de la "tufa", la piedra volcanica de la que esta hecho el techo de la Capilla Sixtina. Al estancarse en las zonas mas bajas del techo abovedado y las lunetas, el agua debilito el yeso de las paredes y causo grietas y perdidas de color. A medida que el agua llego gradualmente a la sup erficie de los frescos y se evaporo, dejo una erupcion de las sales minerales cristalizadas que son extremadamente perjudiciales para la salud de los frescos. Los restauradores son tambien parte culpable de los danos causados. Incluso en la epoca de Miguel Angel era evidente que las obras de arte de la Capilla Sixtina requerian de un cuidado especial -junto a las obras de Miguel Angel, la capilla tambien posee frescos de Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, Pietro Perugino y Luca Signorelli. En 1543, el Papa Pablo III nombro un cuidador que se encargara de las pinturas de la Capilla Sixtina. Entre los siglos XVI y XIX se hicieron tres restaur aciones documentadas y unas seis intervenciones no documentadas. Estas restauraciones han dejado capa sobre capa de pintura, migas de pan, vino y la espesa cola de origen animal con la que restauradores romanos solian pintar sobre los frescos para ocultar las erupciones de sales minerales y reavivar colores palidecidos. El techo, las lunetas y El juicio final estaban ademas sumamente sucios. El humo procedia de los braceros de carbon que se encendian para calentar la capilla, el incienso y las velas usadas durante las ceremonias religiosas habian oscurecido de manera significativa la obra maestra de Miguel Angel. Durante este siglo, la pintura habia acumulado una gruesa capa de polvo, en su mayor parte levantado por el caminar de los aproximadamente dos millones de personas que visitaban la capilla cada ano. Y una m ezcla de polvo y contaminantes transportados en el aire -principalmente dioxido de azufre, producido por la combustion de motores- tambien se habia depositado en el techo y las paredes oscureciendolas aun mas y constituyendo una amenaza potencial para los frescos si la humedad y el calor conseguian que sus componentes se transformaran en acido. Cuando Colalucci y su equipo empezaron a trabajar en 1980, el techo estaba mas oscuro que nunca. "Realmente la restauracion de la Capilla Sixtina Empezo en 1964 -dice Fabrizio Mancinelli, el curador del Vaticano para las colecciones bizantinas, medievales y modernas, y director del equipo de restauradores de la Capilla Sixtina. Habla con la paciencia de un erudito y con un timbre de voz animado y prudente. Con cincuenta y tres anos y barba, este historiador llego al Vaticano como inspector ayudante en 1972. Trabajando en un apretado equipo de tres hombres junto con Colalucci y el cientifico del Vaticano Nazareno Gabrielli, Mancinelli supervisa cada uno de los aspectos del trabajo de la Capilla Sixtina. Esta restauracion iniciada en 1964, "formaba parte de la conmemoracion del IV centenario de la muerte de Miguel Angel. El plan se trazo incluyendo todas las pinturas de la capilla. Naturalmente no estaban tan locos como para empezar por el techo". Habia numerosas razones para las cuales Mancinelli y sus predecesores eran reacios a empezar a trabajar con Miguel Angel. Aproximarse a una obra de arte importante llena de turbacion a todos y al mas ambiciosos de los restauradores. A diferencia de Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y los otros muralistas de la Capilla Sixtina -que habian dejado pinturas cuyos materiales y tecnicas podian estudiarse antes de que el equipo empezara con las pinturas del Vaticano- Miguel Angel, como pintor -y especialmete como muralista- era una total interrogacion. No existia ningun otro trabajo suyo en el cual basarse. En los proyectos de Mancinelli estaba abordar Miguel Angel con el tiempo, pero solo despues de haber completado el resto de los trabajos de la Sixtina. Sin embargo, en 1980, con el andamio levantado en la pared Este para limpiar dos frescos de Matteo da Lecce y Henrick van der Broeck, los restauradores decidieron aprovechar su proximidad a la luneta de Eleazar-Mathan de Miguel Angel para llevar a cabo algunos analisis preliminares y pruebas de limpieza. Al examinar una serie de cortes microscopicos, el quimico Gabrielli pudo identificar las diferentes capas de cola, pintura sobrepuesta, goma arabiga y suciedad que se habian formado sobre los colores originales de Miguel Angel. Un estrato de polvo entre la capa de color y la primera aplicacion de la cola testimoniaba, segun Gabrielli, que la cola se habia aplicado decadas despues de la finalizacion del techo. Colalucci dirigio una primera prueba de la limpieza en una zona "del tamano de un sello de correos" . Los resultados fueron prometedores y sorprendentes, revelaron una luminosidad que nadie habia esperado encontrar en Miguel Angel. "La prueba fue casi microscopica", dice Callaluci. "Era como una lejana luz que dificilmente se veia en la niebla. Pero fue suficiente para convencernos de la extraordinaria calidad de la pintura que estaba enterrada bajo la capa de suciedad marron y negra". Aun asi el equipo del Vaticano no habria pasado directamente al techo -habia planeado limpiar primero los Papas del siglo XV pintados bajo las lunetas de Miguel Angel-, si no hubiera hecho un descubriento alarmante. Con las dilataciones y contracciones periodicas de la abundante capa de cola, pequenas escamas de color se estaban despegando en la luneta. Perdidas parecidas se observaron en otras zonas del techo. Dada la aparente gravedad de la situacion, se tomo la decision de iniciar el trabajo sobre la obra de Miguel Angel inmediatamente. .