SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CINTILLO: EDITORIAL CABEZA: Democracia, Justicia y Paz En la diaria construccion de la democracia mexicana confluyen la sociedad y el Estado. Aquella con una firme vocacion de unidad nacional y un claro repudio a toda forma de violencia, y este con acciones concretas, como la promocion de consensos entre las fuerzas politicas que propician avances sustanciales en el sistema electoral, bajo principios como la equidad de derechos y oportunidades para los partido politicos y la participacion decisiva de representantes de la sociedad en los organos electorales. El voto ciertamente es el medio por excelencia para que el pueblo elija hombres y programas. Pero la participacion plena no puede producirse en condiciones de marginacion social. "No hay derechos ciudadanos completos en la pobreza, la ignorancia, o en el riesgo continuo de la enfermedad", dijo ayer el presidente de la Republica al inaugurar la XXI Conferencia Mundial de la Sociedad Internacional para el Desarrollo. En el Mexico moderno, la democracia exige la maxima limpieza en el proceso electoral, pero tambien requiere de la justicia social. No solo en el ambito restringido de lo conceptual, sino en la practica concreta de las politicas publicas. El hecho de que el gasto en programas sociales supere ya el 50 por ciento del presupuesto programable del Gobierno Federal, no es un simple dato de las finanzas publicas, sino una contribucion directa al mejoramiento del nivel de vida de la poblacion y, en consecuencia, a s u capacidad real para participar en los asuntos de interes publico. Los principios organizados que se practican en el Programa Nacional de Solidaridad rompen con los viejos vicios del centralismo burocratico, pues no solo desconcentran, sino democratizan las decisiones y el ejercicio del gasto. .