PAG. 33 SECCION: Cultura CABEZA: La literatura y sus historiadores CREDITO: Eduardo Lizalde Prosigo en esta nota con el comentario acerca de la sordera que sobre vastos territorios literarios (de Latinoamerica y de otros continentes) extienden los centros de la critica y la difusion editorial europeos, asi se hayan producido sobre todo en la segunda mitad del siglo XX ciertos explosivos fenomenos de reconocimiento, que han hecho posible la celebridad de novelistas y poetas de America Latina en esos cerrados circulos, vencidos por la fama y la difusion de la obra de algunos (muy pocos aun) autores. Glosando el acertado comentario de Gabriel Zaid sobre la bien ganada fama europea de Octavio Paz, que contrastaba con lo dicho por Alfonso Reyes en aquel encuentro bonaerense (1936) de escritores europeos y latinoamericanos, vale la pena extenderse aqui para reflexionar en el tema del dificil verdadero reconocimiento general, y universal, al que se enfrentan los nuevos y los ya no tan nuevos escritores de nuestros paises de habla espanola. Recordabamos que, en aquella reunion de Buenos Aires, se encontraban, aparte de Stefan Zweig, Jules Romains o Ungaretti, personajes como el sabio portugues Fidelino de Figuereido (1889-1967), historiador de la literatura lusitana y de la castellana, prolijo escritor y critico a que nos hemos referido ya en varias ocasiones. El caso es interesante en lo que toca al tema de la sordera europea, dada la longevidad, la cultura y la gran produccion de Figuereido, que fue muy mal profeta en lo que se refiere a la consideracion de la obra de sus propios mayores coterraneos. Ya habiamos senalado en algun articulo que, dentro de la famosa Historia de la Literatura Portuguesa (traducida por Austral en tres tomos, desde los anos 40), de Figuereido, el poligrafo no se habia dado cuenta siquiera, a la altura de los anos 40 y 43 (fecha de su ultimo comentario en esa edicion), de lo que representaba la obra poetica y literaria de sus propios contemporaneos, el mas ilustre de los cuales habia muerto en 1935 (Fernando P essoa), a quien solo se refiere al final de ese libro (1930 y tantos), junto a Jose Regio como Asi, Pessoa, se extinguio antes de fijar su luz para los historiadores que, si no lograban apreciar la envergadura, la potencia y la novedad de esos ibros y anos los mismos contemporaneos mexicanos de Figuereido, como Alfonso Reyes, que en carne se hallaba frente a el en esa inutil reunion de Buenos Aires afirmando nuestro derecho a la Por eso mismo tienden los escritores de hoy a defenderse de los estrictos Asunto serio es, por lo demas, que no podemos ni los mas aplicados leer todo lo que se produce en el siglo, y que constantemente nos enteramos de la desaparicion de algun importante literato del que apenas conocemos el nombre. Por cierto, acaba de morir a los 88 anos Agostinho da Silva en Lisboa, novelista, poeta y ensayista, muchos aos residente en Brasil y finalmente en su pais natal. Solo sabiamos de Da Silva por las frecuentes referencias a sus ensayos sobre Pessoa (de los anos 50), en libros como el de Gaspar Simoes y otros. En eso tambien, hay que decirlo ahora que lo homenajeamos por su cumpleanos numero 80, nos ha dado ejemplar leccion Octavio Paz, que ha escrito extensamente sobre la cultura y la literatura vieja y nueva de su pais (y de otros), con la oportunidad, la agudeza y la independencia de criterio que lo caracterizan, sin esperar el juicio olimpico de los astronomos. .