SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CINTILLO: PIDE TERMINAR CON ACUSACIONES IRRACIONALES CABEZA: Opina Octavio Paz que en Mxico se respira aire envenenado por la violencia Desde hace meses se respira un aire envenenado por la discordia, opina el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz. "Los diarios y revistas -senala- estan llenos de encendidos articulos que son, de hecho, apologias de la violencia". En un articulo que aparecera hoy miercoles en la revista Vuelta, Paz destaca que la revuelta de Chiapas dio ocasion a muchos escritores para pergenar espaciosas justificaciones de la violencia como ultima ratio. "No menos sorprendente -anade- es el numero, la frecuencia y la actitud de las polemicas politicas. Los ideologos se destrozan entre ellos y los dirigentes se acusan unos a otros ante el asombro de sus partidarios". En este clima de rencores e intolerancia, el asesinato de Luis Donaldo Colosio -un politico joven que luchaba pacificamente, esto hay que subrayarlo, por sus ideas- adquiere toda su tragica significacion, puntualiza. Octavio Paz destaca que "deben cesar las acusaciones irracionales, las calumnias innobles y los vituperios iracundos. La literatura y el periodismo, sobre todo los de ideas y de combate, no son ni deben ser un ejercicio de buenas maneras; si lo son de probidad intelectual y de intimo respeto por las opiniones adversas". Para cerrar las puertas a la violencia fisica, hay que comenzar por cerrarlas a la violencia verbal e ideologica, sostiene el escritor. Paz explica que "en la vida de las sociedades hay momentos en los que la diversidad de las opiniones se transforma en griteria e incoherencia; otros en los que las divergencias se convierten en desunion general. Todos sabemos que la desunion es el comienzo del desorden y que, a su vez, el desorden engendra la violencia". ¨Que podemos hacer nosotros, cualesquiera que sean nuestras ideas y nuestras inclinaciones politicas, para impedir la vuelta de la violencia?, se pregunta. Y se responde: La razon, madre de la tolerancia, es la unica que puede conjurar a los fantasmas sangrientos. Lo mas importante, anade, es recobrar la serenidad. "Es facil decirlo, muy dificil realizarlo. Ante todo: aunque es una tarea colectiva cada uno debe realizarla en su esfera particular y de manera individual". No pido que reine la cordialidad en las contiendas politicas: pido respeto por las razones de nuestros interlocutores y adversarios, puntualiza Paz. Explica: Nuestros vecinos tienen derecho a pensar de una manera distinta a la nuestra y esto no los convierte en enemigos. En el caso de los escritores y periodistas, nuestra accion debe orientarse hacia lo mas urgente: evitar que las polemicas se conviertan en rinas. Seria inutil cerrar los ojos ante lo evidente: la irrupcion de las pasiones sin freno. Todo nos avisa, del levantamiento de Chiapas al crimen de Tijuana, que ha reaparecido entre nosotros el elemento demoniaco de la politica, destaca el Premio Nobel. El asesinato de Luis Donaldo Colosio, explica, es el ultimo de una sucesion de actos de violencia que han enturbiado el proceso electoral y comprometido la paz de la nacion. Asi, apunta, "lo que deberia ser una contienda pacifica amenaza con transformarse en un periodo de turbulencias intestinas, como las que desgarraron a nuestra patria en el siglo XIX y en los anos de la Revolucion Mexicana". ¨Se ha abierto de nuevo -se pregunta- el ciclo fatal que durante mas de un siglo nos llevo a la anarquia y de la anarquia a la dictadura? Si fuese asi, Mexico estaria perdido. No lo creo. La democracia, no me he cansado de repetirlo, es sobre todo una cultura, es decir, es un aprendizaje. La historia de las viejas naciones democraticas -como Inglaterra, Francia y Estados Unidos- nos ensena que ese aprendizaje fue lento, penoso y no pocas veces sangriento. Fueron necesarias dos guerras mundiales para que, al fin, los alemanes descubrieran a la democracia. Los japoneses, los espanoles y los italianos -para citar ejemplos muy conocidos- tardaron mas de un siglo para darse regimenes realmente democraticos. Nuestras dificultades y quebrantos no son una excepcion historica. "Pero la perspectiva que han abierto los recientes actos de violencia es inquietante. La disyuntiva es clara: o somos capaces de crear las condiciones politicas y morales que requiere la democracia moderna o regresamos a la anarquia, antesala de un regimen de fuerza". Todos los mexicanos conscientes -la parte mas viva y despierta de la nacion- desean ardientemente conservar la paz y, simultaneamente, asegurar el transito pacifico hacia una sociedad mas justa y mas libre, anade. El unico camino para alcanzarla -lo sabemos de sobra, especialmente despues del terrible fracaso del socialismo autoritario- es la democracia. "Y la democracia comienza con elecciones libres, limpias y pacificas. Es dificil, pero no imposible. Se trata de llegar a una suerte de pacto social destinado a lograr no la imposible concordia sino la tolerancia". Ya senale que a partir del 1 de enero han sucedido diversos actos de violencia publica. No creo, apenas si necesito decirlo, que haya una relacion directa entre la insurreccion campesina de Chiapas, limitada a la region de La Canada, y el execrable asesinato de Luis Donaldo Colosio. Pero es inquietante y aun mas revelador, que ambos sucesos hayan sido precedidos y acompanados por enconadas disputas politicas. En las luchas entre los hombres, especialmente aquellas que tienen como centro la conquista del poder, la tragedia nunca esta ausente. Esto es algo que no nos habian dicho los politologos y los sociologos en sus elucubraciones y en sus estadisticas pero que es la esencia, la verdad sombria, de muchas grandes obras del teatro universal. Realidad terrible de los fantasmas: un pasado que creiamos enterrado con el asesinato de Alvaro Obregon, regresa ahora y reclama su racion de sangre. Cierto, la violencia es universal y no deberia sorprendernos que hoy nuestro pais sea el teatro de sus crueles e insensatas acciones. Lo que ha sucedido hoy en Mexico no es distinto al asesinato de los hermanos Kennedy, al de la familia Gandhi o el de Luther King. Pero la universalidad del mal no es ni puede ser un consuelo. La sangre derramada ahora es mexicana y la mano que empuno el arma tambien es mexicana, subraya. es ni puede ser un consuelo. La s .