SECCION INF. GRAL. PAG. 3 CABEZA: El candidato, el detective y el preso CREDITO: JULIAN ANDRADE JARDI La opinion publica siempre es perturbadora. Hay una veta profundamente irracional en sus juicios y en sus apreciaciones. Claude Imbert, en el semanario Le Point, hacia un analisis sobre las opiniones, en general sentimentalistas, de las grandes mayorias, lejanas, casi siempre, al sentido de la realidad. Imbert, por supuesto, se referia a los cambios de opinion -tajantes muchas veces- sobre la labor del primer ministro frances. En Mexico la cosa marcha por otro lado pero no es completamente distinta. Toda investigacion de un crimen se enfrenta a una obscuridad total, que se va iluminando a lo largo de averiguaciones que pueden durar varios anos, a presiones constantes, y lo mas dificil, a lo que el sentido comun infiere. El derecho garantiza que solo lo plenamente probado pueda ser utilizado para emitir un juicio, de ahi la distancia enorme entre lo que se cree o sabe, de lo que se puede fundamentar plenamente. El asesinato de Colosio se enfrenta a esa situacion. La investigacion, y lo que ella arroje, se tendra que enfrentar a una franja que va del escepticismo a la total desconfianza y desaprobacion de nuestro sistema de imparticion de justicia. No era para menos, anos de ineficiencia, policias corruptos y todo un lastre de impunidad, son el precio que hay que pagar, ahora, por la insensibilidad gubernamental de decadas. La reforma impulsada desde el gobierno, apoyada por la presion y el prestigio de buena parte de las ONGs, para modernizar las procuradurias, sin duda ha sido intensa, pero el mar de lodo con el que tienen que terminar es inmenso. La profesionalizacion del Ministerio Publico y de las distintas policias no es una tarea facil. La cultura en la que funciona el trabajo policiaco es precisamente la que atora e impide cualquier posibilidad de transformacion, por ello no es extrano el mundo del que proviene Mario A burto, un lugar con espacios para la delincuencia y para el "madrinaje", para las policias inconstitucionales y con frecuencias donde la diferencia entre la delincuencia y la ley es apenas visible. El PRI esta sufriendo, en carne propia, la impunidad, denunciada de manera constante por la oposicion, en toda nuestra frontera, el cansancio ciudadano ante la ineficacia de los encargados de mantener el orden y garantizar la seguridad. Uno se pregunta sobre los cabos sueltos dejados al principio de la investigacion, los ejemplos pueden ser varios, ¨por que no le hicieron la prueba de Harrison a todos los miembros de la escolta de Colosio?, ¨para que los juicios apresurados sobre las complicidades o no, de otras personas con Mario Aburto?, ¨por que el PRI de Tijuana contrata guardaespaldas que no pertenecen a ninguna policia registrada, ya no digamos legal? En fin, las preguntas pueden ser muchas, y seguramente solo son unas pocas de las q ue cada uno de nosotros nos estamos haciendo. Estoy convencido de que las fallas informativas durante las primeras horas despues del homicidio de Colosio tienen que ver con la ineficacia de las procuradurias y con las notorias incapacidades de los Ministerios Publicos. Una gran parte de nuestros escandalos judiciales tiene que ver con esto, con abogados incapaces de investigar y con policias coludidos con toda clase de rufianes. Lo anterior no quiere decir que no exista un complot alrededor de la muerte del candidato priista (no hay datos aun, para inc linarse por alguna de las hipotesis) lo que se intenta, en todo caso, es distinguir entre la mecanica de la averiguacion, conducida por una institucion notoriamente agrietada y lo que paso aquella tarde, de mala memoria en las Lomas Taurinas de Tijuana. Un procurador puede saber hasta donde lo puede llevar esta logica. La velocidad de la reforma en el aparato encargado de perseguir los delitos ha sido tal, que tiene que convivir con una escenificacion perversa, utilizando delincuentes para perseguir delincuentes. A todo eso se enfrentara la investigacion del caso Colosio. Si tuvieramos una confiabilidad irrestricta en las formas y los modos de esclarecer el asesinato de Luis Donaldo Colosio, ya nos enfrentariamos, de todas formas, a un problema de dimensiones que todavia no estan claras, pero el gran desafio radicara, necesariamente, en un combate mixto, el que ya se da para conocer la verdad y el que se librara al interior de la propia PGR. Seria muy grave no confiar en los encargados de llevar a buen termino las indagaciones sobre el atentado. Toda una gama de rumores envuelven el panorama, solo la informacion clara podra detenerlo. Nadie se engana sobre lo que puede durar este asunto, las complicaciones son muchas y varias de ellas tienen poco que ver con el desarrollo mismo de la labor de investigacion. Toda una historia, un priismo agraviado y una ciudadania incredula, juegan en contra. No sabemos hasta donde se pudo complicar la crisis. El PRI nombro candidato (con toda su maquinaria predemocratica intacta) a pesar de presiones internas que no auguraban nada bueno. El problema al que nos enfrentamos es, en buena medida, inedito. Todas nuestras tradiciones institucionales estan a prueba. Desde hace algunos anos la sorpresa es una constante, esperemos, por esta vez, que nos sorprenda con un pais distinto el 22 de agosto y que la muerte de Colosio no haya sido en vano, mas alla de lo que pueda estar detras. .