SECCION: ESPECTACULOS PAG. 37 CINTILLO: REMAKE CABEZA: Sharon Stone: fuego en la pantalla CREDITO: (AFP). PARIS (AFP).-Transformada en mito de la sexualidad de consumo masivo de los noventa, la actriz norteamericana Sharon Stone acaba de protagonizar Interseccion, version hollywoodense de una pelicula francesa interpretada hace veinticinco anos por Romy Schneider. Aquella cinta se llamaba Les Choses de la Vie (Las cosas de la vida) y su realizador, Claude Sautet, se limitaba a eso, a contar unas cuantas cosas de la vida de todos los dias, cosas de amor y de la vida, del desamor y de la pasion, de una mujer y de un hombre. Aparentemente acuciados por la falta de guiones de calidad, los norteamericanos compran bastante a menudo derechos de filmes rodados en Europa para transformarlos en productos de consumo con relentes intelectualoides de hamburgueseria de pueblo. Un cuarto de siglo entre las dos versiones, la original y la estadunidense. Una eternidad entre las dos protagonistas femeninas. Un abismo de estilo, de comprension del amor. Del romanticismo moderno al fast love. Del guiso bien hecho al bocadillo precipitado. Romy Schneider, actriz de origen aleman afincada en Francia, donde fallecio en 1982, primero conocida en el mundo entero como la empalagosa Sissi, aquella princesita de cuentos de hadas de un imaginario pero existente reino europeo, se convirtio con el paso de los anos en una estrella de cine como han brillado pocas. El realizador Claude Sautet, hombre del intimismo, de las cosas que se cuentan en casi un musitar, le permitio encarnar, precisamente en Les Choses de la Vie, a esa mujer-amor que no necesita expresarse en seudointerminables orgasmos a lo Sharon Stone vista y corregida en Basic Instinct. Dos mundos, dos formas de concebir las mismas cosas de la vida. Eran los tiempos en que la sexualidad se determinaba dentro de una accion amorosa y no lo contrario. Los ojos de Romy Schneider podian sugerir ma s pasiones volcanicas que los quejidos en Dolby y los movimientos lascivos en pantalla grande de Sharon Stone. Sin duda no es una casualidad que los norteamericanos hayan elegido esa pelicula para condimentarla con su propia salsa de tomate y sus microondas. En el delirio sexual de que son capaces ahora los estudios norteamericanos, que en otros momentos estuvieron reprimidos por un codigo moral que reglamentaba el tiempo, el espacio y hasta el como de los besos, da la impresion de que algunos cineastas estadounidenses quieren dar marcha atras. Pero por mucho que las cosas de la vida puedan ser mas o menos ellas mismas en Nueva York y en Paris, es indiscutible que existe un abismo de sensibilidad. Romy Schneider fue una gran dama del cine mundial, capaz de momentos tan perversos como la mas perversa heroina del glamour hollywoodense, pero con una manera de ser y de estar que Sharon Stone nunca podra igualar por muchos taquillazos que den sus peliculas. .