SECCION: INFORMACION GENERAL PAG. 2 CINTILLO: ECOLOGIA CABEZA: EL TRAFICO INTERNACIONAL DE RESIDUOS PELIGROSOS CREDITO: GABRIEL QUADRI DE LA TORRE La herida causada a la Republica por el nefando crimen comienza a ser suturada por certeras reacciones institucionales. Manteniendo el duelo y la exigencia de esclarecimiento, la vida sigue adelante. El homenaje duradero que aqui le rendimos a LDC tiene que ser la reflexion documentada y el analisis de temas que el asumio, con enorme vision, como cruciales para el futuro de Mexico; el medio ambiente y su interpretacion en el marco del nuevo caudal de ideas sobre desarrollo sustentable. Uno de esos temas es el de los desechos industriales peligrosos (DIP), el cual, de ser casi una curiosa preocupacion de ingenieros ambientales, ha pasado a convertirse en un asunto de dimensiones trascendentales para la industria, los ecosistemas y las relaciones internacionales. Como se sabe, de la industria depende en buena medida el dinamismo de la economia, genera empleos modernos, absorbe la mano de obra redundante expulsada de la agricultura e incrementa su productividad, ayudando con ello a combatir de manera efectiva la pobreza y la desigualdad. Industria y urbanizacion van de la mano configurando los nuevos escenarios economicos, sociales y ambientales de la modernizacion. La industria insume materias primas, energia, capital y trabajo humano para generar bienes socialmente deseables, pero tambien, sus procesos productivos arrojan subproductos indeseables para los cuales generalmente no hay precios positivos ni mercados. Entre ellos estan las emisiones de contaminantes a la atmosfera, las descargas de aguas residuales y los desechos peligrosos. Estos ultimos incluyen sustancias que tienen caracteristicas toxicas, corrosivas reactivas, explosivas, o inflamables. En etapas incipientes de industrializacion el volumen de generacion de residuos peligrosos es pequeno, y permite que este sea asimilado dentro de las capacidades de carga de suelos, cuerpos de agua y drenajes urbanos. Sin embargo, al avanzar el proceso, el volumen desborda las capacidades biofisicas e institucionales de asimilacion y manejo, convirtiendose en un reto formidable de gestion i ndustrial y de politica ambiental. En los paises industrializados las normas y regulaciones aplicables a la generacion y manejo de este tipo de residuos es cada vez mas estricta, y por lo tanto, los costos asociados a un manejo ambientalmente seguro observan una escalada exponencial. En la actualidad, se estima que disponer adecuadamente de una tonelada de DIP a traves de sistemas de recoleccion, almacenamiento, transporte, confinamiento controlado, neutralizacion, reciclaje o incineracion cuesta entre 250 y 10 mil dolares. Si sabemos que en los paises de la OECD se generan cada ano mas de 400 millones de toneladas de este tipo de desechos, podremos intuir la magnitud del problema y de su significado, que incluye, desde luego, un mercado actual y potencial de proporciones gigantescas para empresas dedicadas al manejo de DIP (Mexico, flamante asociado a la OECD, produce entre tres y 10 millones de toneladas anuales). Al incrementarse los costos de manejo de DIP dentro de los mercados y las regulaciones establecidas, se crean condiciones economicas para un movimiento transfronterizo licito que trata de aprovechar diferenciales de precio, los cuales tienen que ver con la existencia de infraestructura de tratamiento, reciclaje, confinamiento o incineracion en otros paises; costos de transporte; economias de escala; y con distintas circunstancias normativas. Obviamente, la opcion mas barata es tirarlo en sitios donde no exi stan las capacidades regulatorias que lo impidan. Esta es la causa de un creciente trafico ilicito de DIP hacia paises y regiones subdesarrolladas, donde provoca enormes danos a los ecosistemas y a la salud humana. Para tratar de controlar los movimientos transfronterizos de DIP, un numeroso grupo de naciones del norte y del sur, a iniciativa de la propia OECD, acordaron un convenio internacional (denominado Convencion de Basilea) en 1989, mismo que ha sido ratificado por la mayor parte de las naciones del planeta. Uno de los logros iniciales de este acuerdo internacioal ha sido prohibir la exportacion del DIP para fines de disposicion final (para ser tirados), asi como el condicionamiento estricto de las exportacione s para reciclaje y recuperacion de sustancias y materiales secundarios. Como era de esperarse, siendo en la practica muy dificil certificar si realmente las exportaciones tienen como fin el reciclaje o la recuperacion, o si mas bien, solo intentan encubrir un trafico ilicito para disposicion final en los paises del sur (y tambien en los paises ex socialistas), surgio mas tarde un verdadero clamor entre gobiernos y organizaciones ecologistas internacionales, como Greenpeace, para prohibir de plano todo movimiento de residuos desde los paises industrializados (miembros de la OECD ) hacia las naciones del hasta hace poco llamado tercer mundo y los propios ex socialistas (llamados ahora paises en transicion). Esta opcion de prohibir de tajo la exportacion hacia los paises no miembros de la OECD adquirio el suficiente consenso internacional, a pesar de la oposicion de conspicuas naciones europeas y de Norteamerica, como para que, la semana pasada, en Ginebra, durante la Segunda Reunion de las Partes de la Convencion de Basilea, se aprobara esa prohibicion total. Aunque las prohibiciones, como sabemos, pocas veces acaban con el problema, y que en este caso, el trafico ilegal de DIP seguira siendo importante, se logra relajar presiones abiertas y veladas que muchas naciones (entre ellas, Mexico) sufren para aceptar residuos industriales procedentes de otros paises con fines reales de reciclaje y recuperacion, aprovechando el bajo costo relativo de la mano de obra, o bien, con objetivos ocultos de simple y llana disposicion final. Tambien, la prohibicion obliga a la i novacion tecnologica de una manera mas acelerada evitando fugas en el sistema, y al internalizarse costos ambientales mas plenamente en las industrias, se refuerzan los incentivos hacia procesos limpios de produccion. Aunque todo esto parece diafano y sencillo de comprender y de aceptar, existe una densa trama de interacciones economicas, ambientales y de politica internacional que merecen ser exploradas con mas detalle en nuestra proxima entrega. .