guia: FER seccion: deportes pag. 2-4a. cabeza: Fernando Marcos, Comenta credito: FERNANDO MARCOS Manana, el partido de futbol entre Mexico y El Salvador. Aclaro: entre ambos paises no hay conflicto. Sin embargo, entre los aficionados salvadorenos al futbol no hay, precisamente, educacion. Veremos si el tan aplaudido publico mexicano, que el domingo pasado dio catedra de civismo, repite la hazana. Seguro de que asi sera, quiero ser el primero de darles el mas caluroso y sentido reconocimiento y aplauso a su civismo. Pero, hay cosas que no se pueden evitar: por mas que deseo tratar en serio este partido no puedo conseguirlo. Nunca he pensado que golpear, agredir, ofender, insultar, sabotear, sean caminos para jugar al futbol. Y como todo eso nos hizo el equipo y el publico salvadoreno, tengo que concluir que con ellos no se puede jugar al futbol. Contra ellos habra que hacer algo asi como una tarea de doma. Y si el termino suena fuerte y sin duda lo es, acaso en demasia, diria que es preciso pulirlos, para que, eventualmente, lleguen con su futbol a logros que han hecho famoso el pais mas pequeno de America, pero, sin duda alguna, uno de los mas trabajadores y nobles del territorio. Yo no creo que aquellos que asesinaron al obispo cuando atendia el sacrificio de la Santa Misa; o esos otros que asesinaron a varios sacerdotes jesuitas, o esos mas que mantuvieron la violencia, los escuadrones de la muerte y el asesinato como arma politica, sean realmente salvadorenos. En cambio, los que ahora estan poniendo candados a la guerra y celebrando los pasos de la paz, a esos si les llamo hermanos salvadorenos. Y les deseo toda la suerte de exitos en la marcha tan plagada de problemas de ese entranable pais. Pero a los futbolistas, que tanto vociferan, no los puedo tomar en serio. Y me da la impresion de que Miguel Mejia Baron tampoco puede hacerlo. El, por supuesto, quiere la revancha. Y tal vez lo consiga, sobre todo por una razon: las circunstancias impiden al entrenador nacional hacer cambios tan disparatados e inoportunos como los que ha venido haciendo. Y eso ya es una ventaja. Pero, como no deseo imponer mi punto de vista que, naturalmente, puede estar equivocado, consulte con algunos personajes calificados de nuestro futbol y obtuve esclarecedoras respuestas. Uno de ellos, ex entrenador nacional, me dijo textualmente: "con cualquier equipo capitalino, y 24 horas para prepararlo, me comprometeria a ganarle a la seleccion nacional, sin mayores problemas ". ¨Usted cree que podria hacerlo, amigo lector? A otro, que opera actualmente al mando de un equipo muy popular, le anote estas observaciones: "dejaria en la banca a los jugadores extranjeros que tengo en mi club; pediria a la seleccion que me los sustituyera con futbolistas de mi club que estan en la seleccion, y les meteria a los salvadorenos, cantando un rock, no menos de seis goles contra cero". ¨Usted piensa que tal afirmacion es temeraria? Solo habria una manera de saberlo: y esa manera consistiria en que la seleccion nacional, asi, con minusculas, se midiera en dia de entrenamiento, no con equipillos de tercera division, sino contra alguno o algunos de la division mayor. Yo recuerdo contra quien se midio Bora Milutinovic antes del Mundial del 86. Y recuerdo que equipos como Santos, como Uda Dukla, como selecciones sudamericanas de primera fila, sirvieron de sinodales a otras selecciones nacionales. Y recuerdo, eso tambien hay que decirlo, que algunas selecciones triunfaron rotundamente en su categoria mundialista, en tanto que otras fallaron miserablemente por culpa de su entrenador: ­no quisiera que lo segundo se repitiera! ndialista, en tanto que otras fallaro .