guia: TBAT seccion: Inf. Gral. 1-1a. cabeza: Aguilar Guajardo: la impunidad credito: Jorge Fernandez Menendez Apenas el lunes, en la columna Fuera de Agenda del suple-mento Politica, advertiamos de la preocupacion de autoridades federales por la evidente infiltracion del narcotrafico entre jueces y sectores encargados de administrar la justicia. El mismo dia en que salia publicado ese articulo, la realidad confirmaba lo grave de esa situacion. En una tipica accion de ajuste de cuentas entre bandas narcotraficantes era asesinado en Cancun Rafael Aguilar Guajardo, uno de los jefes del cartel de Ciudad Juarez, uno de los mas poderosos del pais. Sus asesinos, detenidos poco despues, portaban credenciales vigentes de la Policia Judicial de Morelos y, segun versiones hasta ahora no confirmadas, de la propia Policia Judicial Federal. El caso no pasaria de un ajuste de cuentas mas entre narcotraficantes sino concurrieran en el circunstancias en verdad preocupantes. Aguilar Guajardo fue comandante regional de Direccion Federal de Seguridad y su fortuna fue subita. Retirado de la DFS, en pocos meses se hizo propietario de mas de 400 negocios en Mexico y el extranjero. Personaje publico, asiduo repentino de las paginas de espectaculos y sociales, Aguilar Guajardo era propietario del Premier, uno de los principales centros nocturnos de la capital del pais, del centro Plaza Galerias, fue productor de espectaculos, personaje de la farandula. De donde provenia su fortuna era un secreto a voces y la DEA lo tenia calificado como narcotraficante desde hacia anos. Hubo que esperar hasta el 9 de marzo de 1992 para que el entonces subprocurador de Averiguaciones Previas de la PGR, Jose Romero Apis, anunciara -acompanado por funcionarios de la DEA y de la fiscalia de Texas- que el cartel de Ciudad Juarez habia sido desarticulado. En la larga lista de miembros del cartel que ese dia se dio a conocer, se indicaba que este era dirigido por los hermanos Rafael, Eduardo y Raul Munoz Talavera. Aguilar Guajardo aparecia como un miembro mas, pese a que en declaraciones posteriores los hermanos Munoz Talavera reconocieron que ampliaron sustancialmente su organizacion a partir de los contactos que establecieron con el entonces comandante de la DFS. En esa misma ocasion se informo que se habian incautado 62 propiedades a Aguilar Guajardo, de una lista de aproximadamente 400 que estaba en poder de la PGR. Lo que ya no fue tan divulgado, es que buena parte de la labor de investigacion de la PGR, fue echada a perder por el juez primero de distrito con sede en Hermosillo, quien nego la orden de aprehension para varios de los miembros prominentes del cartel de Juarez, entre ellos el propio Aguilar Guajardo y ordeno la devolucion de muchos de los bienes incautados. Lo cierto es que Aguilar Guajardo nunca fue detenido y muchos de sus bienes fueron devueltos a sus propietarios originales. Segun fuentes muy cercanas al entonces procurador Ignacio Morales Lechuga, la participacion de los jueces encargados del caso en Hermosillo fue determinante para impedir la verdadera desarticulacion del cartel de Juarez y especialmente para que Aguilar Guajardo no fuera detenido. Ahora sabemos que Aguilar Guajardo seguia profugo de una justicia que aparentemente no lo perseguia. Tal es asi que uno de los hombres mas buscados por la justicia de varios paises, no solo pasaba unas vacaciones en Cancun acompanado por su esposa e hijo (ambos gravemente heridos por los asesinos) sino tambien que llego a esa ciudad caribena acompanado por unos 15 familiares y amigos que ocuparon habitaciones en varios de los principales hoteles de la localidad. Por supuesto, Aguilar Guajardo estaba registrado con su nombre real. Evidentemente no se sentia perseguido, nadie en esa condicion viaja por todo el pais con tanta tranquilidad, utilizando su propio nombre y dcumentos de identidas y con semejante sequito familiar si considera que su libertad corre peligro. Lo ocurrido en Cancun pone en una situacion dificil al procurador Jorge Carpizo porque demuestra que Aguilar Guajardo seguia contando con la proteccion de jueces y policias (y ello sin duda agudizara el reclamo del Procurador respecto a la necesidad de realizar una profunda reforma del sistema judicial) sino tambien que sus asesinos -independientemente del cartel al que pertenezcan- tenian (tienen) relaciones con la policia judicial, ya que contaban con credenciales de esa corporacion. Insistimos: no se debe caer en la caceria de brujas, pero si tomar conciencia de la gravedad del problema y asumir que sin una profunda reforma de los organos encargados de ejercer y administrar la justicia, sin una revision a fondo no solo de los miembros de las policias judiciales de todo el pais, sino tambien de jueces y encargados de los ministerios publicos, de poco serviran los esfuerzos y buenas intenciones de Jorge Carpizo. Revision que -y tambien vale la pena insistir en ello- debera complementarse con una nueva ley de seguridad publica y con una reforma y homogeneizacion profunda de los ordenamientos vigentes, que impidan que la corrupcion ocupe los vacios legales ahora existentes geneizacion profunda de los ordenamientos vigentes, que impidan que la corrupcion .