guia: bcia seccion: Inf. Gral. 1-1a. cabeza: Justicia para todos credito: Gustavo Hirales M. En medio del debate sobre las cuestiones politicas del momento, sobre las caracteristicas que deberan reunir, por ejemplo, las inminentes reformas a la ley electoral y a la situacion juridico-politica del Distrito Federal, a veces se nos olvidan otras areas neuralgicas de la vida nacional urgidas de reformas. De pronto se acumula una serie de hechos, de revelaciones, de notas periodisticas, hasta situaciones personales, que nos recuerdan la existencia de zonas oscuras, de llagas purulentas donde no ha penetrado, o lo ha hecho de modo superficial, el bisturi de la reforma. Esta seria la situacion de la justicia a secas, donde se requieren en efecto reformas legislativas y otras medidas depuradoras. Tomemos el caso de las sorprendentes declaraciones del jefe de la policia capitalina, senor Monterrubio, quien declara paladinamente (aunque posteriormente quiso corregir el desaguisado) que los elementos a su mando ni se preocupan por los derechos humanos cuando van a aprehender a algun presunto delincuente. Con esto no hace sino ratificar lo que investigadores de las cuestiones de seguridad, como Sergio Aguayo, ya habian senalado: la abierta reluctancia de los cuerpos policiacos a respetar los derechos humanos, su conocida aversion por lo que consideran un expediente para proteger a los delincuentes. El otro aspecto que llama la atencion en las declaraciones del jefe de la policia del DF en su vision acerca de la causa de los males que aquejan a esa corporacion. Segun el, el origen de todo esta en los malos o equivocados nombramientos que, en esa instancia, los presidentes de la republica han hecho. Ni siquiera se percata de que lo que esta podrido es todo un sistema, fundado en la mordida, la extorsion y las igualas, en la falta de preparacion y de mejores sueldos a los policias, en una cultura secular de desprecio al ciudadano comun y corriente, cultura segun la cual la placa equivale a la antigua patente de corso. Pretender descargar la responsabilidad de la corrupcion policiaca en el ciudadano que paga la mordida, es ignorar que esta no es sino un medio para evadir los embrollos y tardanzas del burocratismo y para aminorar lo excesivo de las multas. O analicemos el caso de Jose Ramon Garcia. Como se sabe, este dirigente opositor morelense desaparecio misteriosamente a fines de 1988. Si bien todo indicaba que los causantes de su desaparicion habian sido policias judiciales de aquella entidad, las autoridades estatales rechazaron esta posibilidad, habiendo encargado de las investigaciones precisamente al jefe de la policia judicial del estado, Antonio Nogueda Carbajal, sobre quien recaian las principales sospechas. Cuando estallo el escandalo por la falta de resultados en la supuesta investigacion, se acepto la creacion de una fiscalia especial, encabezada por Daniel Estrella, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores. La fiscalia especial enfilo sus investigaciones hacia los jefes policiacos que, como era publico y notorio, habian estado hostigando poco antes de su desaparicion, a Jose Ramon. Quien fue jefe estatal de la policia judicial logro escapar de la justicia y por el momento se encuentra profugo, tras haber declinado la candidatura a la presidencia municipal de Cuautla. El unico que pudo ser detenido, en gran medida gracias a la energica intervencion de la Comision Nacional de Derechos Humanos, fue Apolo Bernabe Rios, quien habia sido jefe de grupo de la policia judicial en el oriente de Morelos y posteriormente jefe de la Oficina de Investigaciones Politicas de la policia judicial de Morelos (sic). Gracias a una serie de confidencias y filtraciones de informacion, desde la carcel, se supo donde estaban enterrados los cadaveres de varias de las victimas de Apolo Bernabe, aunque todavia no aparece el cadaver de Jose Ramon. Los familiares de las victimas, que por temor a las represalias habian callado, ahora denuncian las desapariciones, se presentan a identificar a sus muertos y, en la mayor parte de los casos, se pone en claro que estos tenian filiacion politica opositora. Lo curioso (lo intolerable) del caso es que el procurador de justicia de Morelos, Tomas Flores Allende, declare hace apenas unos dias que los crimenes no tienen implicaciones politicas, y que todo se debio a una presunta lucha entre "bandas de delincuentes" del oriente del estado, una de las cuales encabezaria el ex comandante Apolo Bernabe Rios. Y a continuacion afirma que la procuraduria a su cargo investigara esos ilicitos y sus conexiones. Mala cosa. Pues partiendo de esas premisas, no se sabe si la procuraduria realmente investigara o se dedicara a encubrir, como en el pasado, a los principales sospechosos. Alarma la revelacion de que el juez penal de Cuautla, Jose Enrique Gonzalez Soler, ha estado maniobrando abiertamente en favor de Apolo Bernabe y sus complices, a pesar de las abrumadoras evidencias en su contra. Indigna saber que el actual abogado defensor de los bastante mas que presuntos asesinos, Fernando Valdez Palma, sea el mismo que, como agente del Ministerio Publico, haya archivado la averiguacion del asesinato de Timoteo Mardonio, entre otros casos no investigados (La Jornada, 06(04(93). Asusta la gestacion, a la sombra de un poder economico y politico que aun tiene mucho de caciquil, de engendros como Nogueda Carbajal y Apolo Bernabe. Asombran los niveles de barbarie, de injusticia y de atropello al Estado de Derecho que parecen "normales" a no mas de 50 o 60 kilometros del centro del pais de injusticia y de atro .