Guia: 12FIN- Abril Disco U Seccion: Inform. Gral. Pag. 1a.-1a. Cintillo: FIN DE SIGLO Cabeza: Peru: a un ano del golpe Fujimori Credito: Renward Garcia MedranoTranscurrido un ano desde aquel 5 de abril en que el presidente Alberto Fujimori del Peru se dio un autogolpe de Estado, y pasados varios anos de sobresaltos para el gobierno de Carlos Andres Perez en Venezuela, uno se pregunta que ha sido mas desgastante para esta lasti mada region latinoamericana: si el gobierno de facto en el Peru, o el gobierno democraticamente electo en Venezuela. Una primera reaccion, automatica, seria que todo gobierno democratico es, por principio, mas deseable que uno nacido de un golpe de Estado, y esto es verdad. Pero de ello no se desprende que una democracia y prosperidad de una sociedad, ni que un gobierno autocratico sean esencialmente incapaces de generar consensos. No es mi proposito hacer un analisis comparativo, en unos cuantos parrafos, de la democracia formal y los gobiernos de facto, sino apuntar lo mucho que tienen en comun los procesos politicos recientes de Peru y Venezuela, no obstante que las figuras de sus presidentes aparecen como contrapuntos en el complejo y por muchos conceptos decadente panorama politico de America Latina: Fujimori es llevado a la Presidencia por la decepcion que produjo Alan Garcia en el electorado peruano; Carlos Andres Perez genera decepcion entre sus electores desde el mismo dia de su toma de posesion, la cual se produce en medio de festejos faraonicos, al tiempo que por las calles de Caracas son asaltados los transportes de leche y otros alimentos por bandas famelicas de marginados. Son ilustrativas las coincidencias y diferencias de estos dos tragicos personajes de la politica latinoamericana. Tanto Perez como Fujimori, al igual que la casi totalidad de los gobiernos de la region, implantaron severos programas de ajuste, privatizacion y restriccion de los gastos de bienestar social, solo que a partir de realidades obviamente distintos. Fujimori mantiene la esperanza, al menos la de quienes participan en la politica y el mercado. Perez es quiza la ultima esperanza para una sociedad que sabe valorar la democracia porque conoce el precio de las dictaduras. Alberto Fujimori arribo a la presidencia sin un partido politico que lo respaldara, pues la organizacion denominada Cambio 90 nacio virtualmente de la improvisacion, cuando Fujimori, que solo aspiraba a un escano en el Senado, se percato no sin sorpresa de que tenia posibilidades de competir por la Presidencia de la Republica. Al ganar las elecciones, se encontro con que carecia de cuadros profesionales capaces de compartir con el las complejas tareas del gobierno, pero por eso mismo se vio libre de compromisos con clientelas politicas o con grupos de poder. Carlos Andres Perez. por el contrario, volvia a la lucha politica como candidato de uno de los dos grandes partidos de Venezuela, Accion Democratica, despues de dos presidencias grises y en buena medidas fallidas: la de Luis Herrera Campins del partido COPEI, y la de Jaime Lusinchi, de su propio partido. Llego, claro, con el respaldo de una solida estructura partidista, pero tambien con el lastre de fuertes compromisos con una abundante clientela politica. Compromisos en los que pudiera encontrarse el germen de las acusaciones de corrupcion de que ha sido objeto su gobierno recientemente. Como se recordara, en el largo proceso electoral del Peru, Fujimori tuvo buen cuidado de no mostrar su programa economico, -quiza porque carecia de el-, por lo que nadie se llamo a engano cuando empezo a aplicar la politica economica neoliberal, predominante en la region y en el mundo. En el otro extremo del pragmatismo politico, Carlos Andres Perez sugirio a lo largo de su campana que con su regreso a la Presidencia retornarian los dias alegres de la abundancia petrolera, el consumo generalizado de productos de importacion y niveles generales de vida aceptables, por lo que fue inesperado y frustrante el programa economico que anuncio y puso en marcha a su llegada al poder. Tanto Perez como Fujimori adoptaron la misma teoria y practica economicas, esencialmente restrictivas y deflacionarias, pero el peruano lo hizo sin compromisos explicitos en esta materia, mientras que el venezolano se aparto de los suyos. Si aquel engano a sus votantes, lo hizo por omision; si lo hizo este, fue por accion. Fujimori gano las elecciones en gran medida por el voto de castigo de los electores contra la corrupcion y la ineficiencia que habian permeado a practicamente todos los partidos politico e incluso a las instituciones del Estado, lo que explica que los indices de su popularidad no hayan disminuido con motivo del golpe de hace un ano y que sus principales problemas de opinion publica esten fuera de su pais. Perez, por su parte, no esta en condiciones de denunciar y menos aun de desarticular la corrupcion prevaleciente, porque el mismo es un producto del sistema politico venezolano y no podria lanzarse en su contra sin destruir las bases de su propia permanencia. No estoy sugiriendo, por supuesto, que los tropiezos politicos del presidente de Venezuela se deban a la democracia o que la popularidad del presidente del Peru se deba a su golpe contra el Estado y la estructura institucional. Me valgo de los dos ejemplos porque me parece que vistos asi, uno frente al otro, demuestran que la democracia electoral no es la solucion a todos y ni siquiera a los principales problemas de sociedades atrapadas en la pobreza, forzadas al ajuste neoliberal de la economia, ahogadas por la corrupcion y la perdida de representatividad de sus instituciones politicas. La "sociedad civil" en el poder Pero tampoco puede admitirse que la democracia formal sea un obstaculo para el avance de las sociedades; al contrario, parece ser un prerrequisito para el desarrollo armonico sostenido a largo plazo, y en ello raica la principal debilidad de Fujimori. Alberto Fujimori, dueno de un desarrollado instinto politico, se presento ante los electores peruanos como si fuera un hombre comun y corriente, simpatico, empenoso y hasta un poco ingenuo. Pretendio que salia con su modesto auto -el "fujimovil"- de las filas anonimas de la clase media peruana, con la voluntad de poner orden en todo aquello que habia sido descompuesto por los politicos. Su aguda sensibilidad politica le hizo ver, con mas claridad que los publicistas que disenaron la campana de Mario Vargas Llosa, que ese era el simbolo que estaban esperando los peruanos de las areas urbanas y de los sectores mas desarrollados de las rurales -los peruanos que votan-, despues de la frustracion que les causo Alan Garcia Perez, el cachorro del APRA, cuyo carisma personal no alcanzo para ocultar su frivolidad y su manifiesta incompetencia. Si el disfraz clasemediero de Fujimori no hubiera sido mas que un recurso de campana electoral, acaso seria intrascendente. Pero una vez convertido en Presidente, el senor Fujimori continuo con el mismo discurso y actitud del hombre comun y corriente, lo que le permitio llegar a la ruptura del orden institucional y la disolucion de las principales instituciones del Estado con aparente ingenuidad. El razonamiento era muy simple: si un hombre de la sociedad civil devenido en Presidente se topa con la corrupcion y la ineficiencia, simplemente los remueve sin parar mientes en consideraciones como el orden constitucional, que son asuntos mas bien de los politicos. Y con semejante principio, se permite cualquier arbitrariedad, hasta la subversion total del orden juridico.