Patrimonio Universitario Esta Casa de Estudios resguarda 70 pinturas coloniales: alegor¡as, retratos, escenas religiosas y cl sicas La pintura colonial en M‚xico surge entre la segunda y tercera d‚cadas del siglo XVI, con la llegada de los primeros misioneros espa¤oles a la Nueva Espa¤a. Los trabajos pict¢ricos realizados en aquel momento cumpl¡an m s con una funci¢n did ctica que art¡stica, ya que por medio de ellos se pretend¡a respaldar la cruzada evangelizadora de los frailes franciscanos, dominicos y agustinos que se implantaba sobre los naturales del Nuevo Mundo. Estas primeras representaciones pueden ser encontradas en los frescos que adornan los muros de los diversos conventos, fundados por los miembros de esas ¢rdenes mendicantes, o en los grabados que complementaban los textos que comenzaron a imprimirse a partir de 1539, con el establecimiento de la imprenta en tierras novohispanas. Debido a la construcci¢n de cada vez m s numerosas edificaciones con car cter religioso, surgi¢ la necesidad de contar con obras que pudieran integrarse a los espacios arquitect¢nicos como elementos decorativos, las cuales, a su vez, dieran a los recintos una ambientaci¢n adecuada con las funciones sacras que estos mismos desempe¤aban, de ah¡ que existan obras de grandes proporciones, hechas en algunos casos in situ. Muchas de las im genes con motivos religiosos, elaboradas para los templos y conventos, al ser elevadas a los altares llegaron a convertirse en objetos de culto y adoraci¢n de cientos de fieles. En las pinturas del M‚xico colonial de los siglos XVI, XVII y gran parte del XVIII, el estilo predominante es el de las escuelas flamenca e italiana; sin embargo, tambi‚n es posible apuntar la existencia de cierto eclecticismo que determin¢ de uno u otro modo el uso de expresiones o formas correspondientes a todos estos estilos; esto marc¢ el car cter propio de lo que se denomin¢ como barroco. Mediante obras tan representativas como las realizadas por autores como Sim¢n Pereyns, Baltasar de Echave Orio, Alonso L¢pez de Herrera, Luis Ju rez, Sebasti n L¢pez de Arteaga, Jos‚ Ju rez y Miguel Cabrera, entre otros tantos artistas conocidos y an¢nimos, podemos tener un panorama bastante amplio acerca de las tem ticas e im genes m s recurrentes en lo que conocemos como barroco novohispano. De tal suerte, esta pintura, con el paso del tiempo, apuntal¢ su car cter est‚tico, a diferencia de lo que en un principio hab¡a representado al tener un car cter b sicamente did ctico. Entre los bienes art¡sticos de nuestra Casa de Estudios est  una importante colecci¢n de obras pict¢ricas del periodo colonial integrada por 70 piezas, repartidas en diversas dependencias, las cuales pueden ser agrupadas en cuatro grandes rubros: escenas religiosas, cl sicas, alegor¡as y retratos. Todas estas piezas pertenecen a los siglos XVII, XVIII y principios del XIX. Entre las escenas religiosas destacan San Sim¢n Stock, de Luis Ju rez; Sagrada familia, de Manuel el Jesuita; Alegor¡a de la encarnaci¢n de la virgen Mar¡a, de Miguel Cabrera; o el Pentecost‚s, Los cinco se¤ores con los siete arc ngeles y la Sant¡sima Trinidad, de Francisco Antonio Vallejo, as¡ como un buen n£mero de pinturas an¢nimas de diversos estilos y tendencias. En su mayor¡a estos cuadros se pueden ubicar en la segunda mitad del siglo XVIII, ‚poca en la cual el esplendor de la pintura barroca ya hab¡a dado paso a cierta decadencia en el arte novohispano. Con respecto a las alegor¡as, en general sus tem ticas se refieren a diferentes ramos de las ciencias y las artes, cultivados sobre todo a mediados del llamado Siglo de las Luces, momento en el cual el barroco lleg¢ a su m xima exuberancia en Am‚rica, aunque ya era posible apreciar en algunas obras de esta ‚poca un cierto involucramiento de elementos propios de la transici¢n al clasicismo, que se llev¢ a cabo en Europa en esos mismos a¤os. Lo que denominamos como escenas cl sicas se encuentra integrado por una colecci¢n de 12 pinturas de Pedro Sandoval, que representan a las m¡ticas sibilas, de las cuales se ha dicho que ten¡an su origen en las sacerdotisas de Apolo, y fueron posteriormente incorporadas a la tradici¢n cristiana en el siglo IV dC con el fin de simbolizar cada una de ellas el anuncio de determinada profes¡a con respecto al nacimiento y muerte de Cristo. En el rubro de retratos encontramos una gran cantidad de piezas, que en su mayor¡a forman parte del conjunto de los llamados Colegiados de San Ildefonso, hombres que por sus cualidades intelectuales, su erudici¢n y su distinci¢n en la vida p£blica y educativa del M‚xico colonial fueron inmortalizados, al ser plasmada su imagen en lienzos de grandes dimensiones que ahora se ubican principalmente en el sal¢n El Generalito del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Tambi‚n podemos incluir aqu¡ obras que tienen como motivo central la figura de otros personajes notables: Sor Juana In‚s de la Cruz, del pintor Juan Miranda; Alenjandro Humboldt, de Rafael Ximeno y Planes, as¡ como un Fausto de Elhuyar y un Antonio Alzate, ambos de autores an¢nimos. Estas obras son clara muestra de la manera como los diferentes pintores del barroco mexicano, al realizar sus retratos, se acercaban m s a la sobriedad y realismo caracter¡sticos de la escuela de pintura espa¤ola del siglo XVII que a la grandilocuencia y complejidad compositiva predominante en otro tipo de representaciones. Sin embargo, esta identificaci¢n no era total y en cada retrato es posible encontrar algunos elementos pertenecientes a las tendencias barrocas. Cabe mencionar que en estas pinturas hallamos el pincel de artistas como Juan Rodr¡guez Ju rez, Miguel Cabrera, Manuel de Arellano, Francisco Mart¡nez y Andreas L¢pez. En general se puede afirmar que la pintura colonial custodiada por nuestra Instituci¢n constituye un valioso acervo, tanto por su calidad como por su n£mero, as¡ como por la ‚poca de la cual es testimonio. Es muestra innegable del importante papel que ha jugado la Universidad Nacional a lo largo de su historia, en la que ha contado con la oportunidad de ser part¡cipe en el desarrollo art¡stico y cultural de nuestro pa¡s. Por lo anterior el Patronato Universitario, por medio de la Direcci¢n General del Patrimonio y su Departamento de Bienes Art¡sticos y Culturales, presenta a la comunidad universitaria y al p£blico en general este acervo de pintura colonial, con el fin de que sea apreciado en su conjunto. CREDITO = Emilio Coral Garc¡a .