Mural de Lucille Wong, patrimonio de la UNAM Galope en el silencio, movimiento vertiginoso que se confunde con la nada "Es quietud entre las hojas, del verde florecido por tus pasos, Son figuras llenas del silencio, del pasado del futuro inalcanzados. Son los trazos de la noche. Es destiempo que se vuelve de madera, tela y tonos por la tierra envueltos." El silencio es la ausencia de sonido, es el vac¡o sin el cual no ser¡a posible establecer la existencia de su contrario sonoro. Para realizar cualquier armon¡a musical tiene que existir forzosamente un contraste entre sonidos y afon¡a. En el arte, en general, todo planteamiento de elementos compositivos requiere necesariamente de su contraparte: la ausencia de los mismos, el silencio como punto de referencia para marcar el ritmo que sigue la obra. En la vida misma, £nicamente a trav‚s del mutismo es posible recuperar en algo la potencialidad propia del hombre, pues las palabras s¢lo tienen la capacidad de expresar una porci¢n muy limitada de la infinita interioridad humana. Del silencio mismo surge lo existente, as¡ como se habla de que una sola pulsaci¢n original ha sido la que dio origen a todas las formas que componen lo que denominamos universo. En Galope en silencio, la obra mural de Lucille Wong que forma parte del patrimonio de nuestra Casa de Estudios, ubicada en la Unidad de Posgrado doctor Manuel H. Sarvide, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, encontramos una placa en la cual se halla escrito lo siguiente: Y Dios tom¢ un pu¤ado de viento del Sur, le sopl¢ y cre¢ al caballo. Al observarla es posible intuir su origen: una concepci¢n pl stica en donde juegan un papel primordial tanto el misticismo como la filosof¡a oriental. Los postulados de la filosof¡a tao¡sta tambi‚n se aprecian en otras obras de Lucille Wong; se encuentran algunas alusiones acerca del significado que para ella tiene el silencio y lo que entiende por galope en silencio. La mayor din mica, el movimiento m s vertiginoso llegan a confundirse con la nada, se anulan a s¡ mismos. Cabalgar en silencio es la manera como todo y nada se confunden. El mutismo contiene en potencia a todos los sonidos; es nada, pero al mismo tiempo es el todo galopante del movimiento infinito en el cual se manifiesta lo eterno, lo inamovible. En este mural podemos observar una composici¢n integrada por un conjunto de figuras equinas, algunas plenamente configuradas y otras no, que parecen surcar los aires en una especie de ritual cosmog¢nico. Hay partes intactas en la superficie del papel de algod¢n que le sirven al mural como base; ellas son la afon¡a, el contraste marcado para los trazos que nunca llegan a romper con esa quietud del papel en blanco, son manifestaciones del mismo silencio realizadas por medio de tenues ondulaciones. Los trazos suaves de esta pintora y dibujante mexicana contribuyen a darle a su obra un car cter et‚reo, propio de lo divino, de lo que se halla integrado con la totalidad del infinito. En este sentido, los caballos parecen emprender un cabalgata sin direcci¢n espec¡fica, llegan a confundirse con el blanco del horizonte y las formaciones nebulosas ocres que yacen a sus patas. Su galope es din mico, lleno del vigor propio de los equinos y, sin embargo, es silencioso; parece fluir con la misma dulzura del viento que sopla en toda la escena. Por otra parte, estos mismos trazos empleados por la autora nos llevan a recordar las pinturas encontradas en cuevas como las de Lascaux y Altamira, denominadas "rupestres". Al igual que en estas pinturas, las im genes contenidas en este mural de equinos parecen formar una unidad con el papel sobre el que se encuentran plasmadas; claramente llevan al espectador a tratar de captar, m s que las figuras mismas, la esencia de ‚stas, en la cual se encuentra la verdad del infinito. El galope en silencio es muestra de la integraci¢n del universo, donde no hay dualidades. Este mutismo nos remite al movimiento y viceversa. La mayor quietud aparente es al mismo tiempo la mayor din mica: la acci¢n en la no acci¢n; la totalidad de uno mismo reflejada en el reconocimiento de todas la fuerzas de la naturaleza con las cuales la voluntad del hombre forman una sola unidad. Lucille Wong pinta, en su mayor¡a, obras por medio de tintas y texturas mixtas trabajadas en finos papeles hecho a mano. Esto le ha permitido efectuar sutiles combinaciones de color, auque en su mural Galope en silencio predominan b sicamente las tonalidades ocres y oscuras, resaltadas por la blancura del papel. Los caballos plasmados en el mural tienen una fuerza muy especial emanada de los amplios trazos redondeados con los cuales se resalta el vigor del movimiento de sus cuellos, de sus patas, de sus grupas, de sus facciones en general. Esta redondez de cada una de las partes contribuye a darle a cada uno gran plasticidad y flexibilidad de movimientos: hay fuerza y vigor pero al mismo tiempo flexibilidad, pues estos elementos son similares a los naturales en una vara de bamb£ cuya resistencia se origina en la blandura que posee. Si bien dentro de las concepciones art¡sticas t¡picamente occidentales tenemos al conflicto como leit motiv de cada obra realizada, el arte a la manera oriental tiene como m s puras cualidades la espont nea casi provisional sutileza y la compaginaci¢n de todos los elementos compositivos, aunque esto curiosamente es el resultado de un gran cuidado por el detalle, y una disciplina muy especial para la realizaci¢n de cada obra. De esta manera, nos encontramos con un planteamiento que tiene como origen la idea de la natural armon¡a del universo y la ausencia de conflicto, todo ello depositado no tanto en los productos de la expresi¢n misma del hombre, sino en la interioridad m s profunda de la cual ‚sta surge. Y ‚ste es el caso del mural de Lucille Wong y de su obra en general; aqu¡ la noci¢n de diferencia, de individualidad, de separaci¢n, de choque, se pierde totalmente para dar como resultado una total fusi¢n de elementos pict¢ricos; ‚stos hallan su m xima expresi¢n como reflejo de lo que va m s all  de la realidad inmediata y que podemos encontrar tanto en narraciones fabulosas y legendarias, como en los sue¤os y la fantas¡a creativa de los m s versados artistas. Es as¡ como el Patronato Universitario, por medio de la Direcci¢n General del Patrimonio Universitario y su Departamento de Bienes Art¡sticos y Culturales, da a conocer la existencia de este mural que forma parte del invaluable patrimonio cultural custodiado por nuestra Casa de Estudios. Emilio Coral .